12. Café

701 60 0
                                    

Narra Lheyra:

“Aquellos a quienes no les importa ser mala persona, son los peores, y lo admitirán con una sonrisa.”

La frase de mi abuela resuena en mi mente, como siempre lo hace, aún más en estos momentos que me encuentro aburrida en mi habitación.

Los pensamientos me invaden, pero son interrumpidos cuando un fuerte golpe se escucha desde el piso de abajo.

Me levanto rápidamente, cuando escucho como si forzaran la cerrada de la puerta principal.

Mierda ¿Ladrones?

Seguro son los secuestradores de la otra vez, que vienen a matarte, Lheyra.

Oh, si, pueden ser ellos ¿Los recibo con té o café?

Mejor con café, agarro la taza de café sobre mi escritorio, y salgo de mi habitación.

—Lamento desperdiciar está delicia—Murmuro para mi misma, bajando las escaleras sigilosamente.

Me recuesto a la pared, cuando siento como la puerta es abierta.

Los pasos son cada vez más cercanos, y me apronto para atacar.

—¿Estás seguro que no hay nadie?—El invasor habla, y al aparecer es una llamada, porque después de unos segundos vuelve a hablar—Si, yo sé que ella dijo eso, pero. Si, si, ya, voy.

Su voz. Un momento.

Momento una mierda, quién sea no tiene permitido entrar a mi casa así.

Se acerca cada vez más, y agarro más fuerte la taza de café.

Y cuando pasa a mi lado ¡Fum! La taza vuela junto con el café hirviendo, a la cara de ....¿Paul?

¿Qué carajos hace aquí?

—¡Auch!—Su grito resuena por la casa aturdiendo mis oídos.

—¿Paul? ¿Qué haces aquí?—Me apoyo contra la pared, cruzando mis brazos.

—¿Lheyra? ¿Qué, tú no estabas en...?—Se corta así mismo, y levanto una ceja esperando su respuesta.—Yo venía porque Lizz me mandó ha....¿Buscar algo?

—Uhm ¿Y por eso rompiste mi cerradura? ¿No?

—Era urgente—Se defiende.

—¿Acaso eres una de los secuestradores, Paul?—Lo acuso, bajando un escalón más.

—¿Qué? No.

Ya sé que no lo eres, pero seguro sabes quiénes sí. Y creo que yo también.

—¿Seguro? ¿Entonces puedes explicarme que haces aquí?

—Ya te lo dije, viene porque Lizz me pidió algo.

—¿Fue Lizz? ¿O fueron los secuestradores? Esos que mataron al pobre chico.

Lo veo tragar saliva nervioso, y doy otro paso.

—¿Qué venías a buscar Paul?

Da un paso atrás, mirando hacia todos lados. Ni si quiera es capaz de mantenerme la mirada.

—¿Paul eres gay?—La pregunta sale sin pensar de mis labios, y está vez si obtengo toda su atención.

—¿Eh?

¿Qué importa si él que acaba de entrar a tu casa, es gay o no?

Son preguntas que se hacen cuando conoces a una persona ¿No?

No.

—Tienes tres segundos para decirme que venías a buscar.—Determino.

—No venía a buscar nada.—Se defiende.

—¿No, qué Lizz te mando a buscar algo?

Las ganas de reírme me invaden, que delincuente tan trucho.

—Si, eh...

—Puedes irte.

—¿Qué?

—Vete.

¿Qué haces? Estás dejando ir la oportunidad de saber quiénes son tus secuestradores.

—Antes de irte, Paul. Mándale un saludo a los tres.

Y así sin más veo salir al hermano de Lizz con mucha prisa.

¿Qué fue todo eso, Lheyra?

Sabía que la rubia estaba involucrada con el secuestro, por eso le dije que hoy no estaría en casa. Seguro ella fue quien paso toda la información.

¿Y ahora qué vas a hacer?

Simple. Empezar con la publicidad, para mí puesto como precidente estudiantil.

Pero antes debo llamar a mis padres.

—Lehy ¿Cómo estás?—La voz de mi padre suena del otro lado de mi móvil, que ahora luce destruido, con toda la pantalla rota, pero aún sigue funcionando.

—Hola, bien ¿Ustedes?

—Todo bien, por suerte. Ahora estamos por firmar un acuerdo con una empresa China. En unos quince minutos tenemos la reunión, y esperamos que todo salga bien.

—Seguro que sí. Oye, tengo una pregunta.

—Claro, mi niña, dime.

—Suponganos que estoy por postularme como precidente estudiantil.—Comienzo a decir pero soy interrumpida.

—¿Acaso escuché bien?—La emoción es notoria en la voz de mi madre—¿Vas a relacionarte con el mundo de la política?

—Algo así.—Respondo.

—¡Ay! Mi vida estuve esperando este momento por años. Dinos ¿En qué podemos ayudarte?

—Necesito publicidad ¿Qué me recomiendan?

—Podrías empezar con póster y—Mi papá no termina de hablar cuando mi madre lo calla.

—No, no, ni te preocupes Lehy, mañana tienes todo solucionado. Vas a ganar esas votaciones.—Asegura con demasiada felicidad.

—Má' yo sé que ustedes son políticos y todo eso, pero solo necesito ideas, no quiero algo tan grande, o exagerado. Es solo una presidencia estudiantil.

“Solo una precidencia estudiantil”, que estás dispuesta a ganar a muerte.

—Tú solo sonreí, mi cielo, con tu hermosura seguro tienes a todos detrás de ti—Comenta mi mamá.

—Bien...—

—¡Uy! Ya quiero verte, mi niña, estamos deseando ir a Lorchpey, pero las cosas de están atrasando un poco—Explica mi madre.

—Lo entiendo, no se preocupen.

—Haremos lo que podamos para ir contigo lo más antes posible.—Asegura mi padre—Ya te extrañamos.

—Y yo a ustedes, hablamos luego, no quiero atrasarlos con su reunión.

—Saludos, y suerte con tu política, hija.—Se despiden antes de cortar.

Suelto un suspiro, sin saber que esperar de mi madre. La amo, pero sin duda siempre exagera demasiado.

Vuelvo a mi habitación para hacer la tarea de matemáticas, necesito mantener un promedio perfecto para las elecciones.

No voy a dejar que el rubio aguafiestas, gané esto.

La competividad ante todo.

Claro.

Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Where stories live. Discover now