7. ¿Un tiroteo en mi propia casa?

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Maratón 1/3

Narra Lheyra:

Salgo de la mansión, lamentablemente sin ver como termina la discusión entre ambos hermanos, que fácilmente podrían calificar en concursos de belleza. 

Y ganarían seguro, porque enojados se ven aún màs sexys.

—¿Dónde vas?—Pregunta Lizz al ver que no camino en dirección a mi casa.

—Adelántate, en un rato voy, necesito tomar aire.

La rubia asiente, continuando con la fiesta en mi casa, mientras yo camino hacia una columna en el patio de los Skillek.

—Bingo.—Susurro para mi misma, al ver la llave de la luz en la columna. Esa que con solo bajar una perilla puede cortar la luz de la mansión.

Sonrío viendo las grandes posibilidades frente a mi, pero me detengo. No puedo ser tan mala de cortarle la diversión a mis pobres vecinos.

Vuelvo hacia mi casa, encontrando tirado en el césped el martillo que use para colocar el cartel en el patio.

 Bueno, si el destino tanto insiste...

Deja de hacerte la inocente, bien que tenías planeado cortarle la luz aunque no encontraras el martillo.

 Existe una gran, posibilidad de que estés en lo correcto, Conciencia. Solo que iba a casa en busca de una tijera para cortar un cable, luego de bajar el pase de la corriente eléctrica.

No soy tonta, tampoco quería quedar electrocutada. Pero ahora con este martillo solo es destrozar un poquito la caja de la llave de la luz, y ¡Pum! Todo listo.

Camino lo mas normal posible hacia la columna de mis vecinos, bajo la llave general de la luz, y cuando escucho gritos dentro de la mansión, elevo el martillo y golpeo con todas mis fuerzas el aparato.

Sonrío complacida por mi obra, y llevo el martillo conmigo, para no dejar evidencia.

Vuelvo a mi casa, observando todo destruido, cuadros, vidrios rotos en el suelo, y mucho olor a alcohol. 

Gran idea, traer màs gente de la otra fiesta a tu casa, Lheyra.

Upss.

—¡Gran fiesta, Dwens!—Una chica que jamás he visto y que parece bastante borracha, me abraza sobre el hombro.

Asiento con una sonrisa forzada, antes de separarme de ella, y seguir mi camino. No sin antes conseguir una botella de Vodka.

Subo las escaleras encontrando varias escenas asquerosas, en los pasillos. Abro mi habitación que la tenía cerrada con seguro para evitar ese tipo de cosas en mi cama. Vuelvo a cerrar, observando por la ventana, como mi patio esta inundado en personas que antes estaban en la otra fiesta.

El ruido de la música empieza a martillar mi cabeza, y solo tengo ganas de dormir. Y este es el momento donde me arrepiento de hacer una fiesta.

Una llamada llega a mi móvil, y contesto al ver su nombre, si fuera otra persona ya lo hubiera mandado a la mierda, pero Markus tiene prioridad.

—¡Lheyra Dwens! ¡Creí que éramos amigos!—Protesta nada màs contestar—¿Cómo es eso de qué hiciste una fiesta y no me invitaste?

—Primero que nada; Hola.

—¿Cómo que Hola? Te has mudado y ya dejas de invitarme.

—Markus, vives a 8 horas de Lorchpey.

—No importa, yo podría haber ido, solo por la fiesta.

Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Where stories live. Discover now