83. Solo nuestra

690 44 8
                                    

Narra Lheyra:

Bien, quizás no fue la mejor idea huir en la noche, cuando se negaron a dejar que fuéramos Kus y yo, a encargarnos del cadáver.

Aunque, la solución de los hermanos fue ordenarnos que, ellos también irían. Claro que, sonríe y asentí, diciendo que lo dejaríamos para mañana en la noche.

Ninguno se quejo, y aunque Nizaw nos echo una mirada desconfiada a Markus y a mi, solo sonreí inocente.

Y si no fuera porque el pelinegro se interpuso en nuestro camino a la medianoche, hubiera sido más fácil.

De igual modo, no se pueden enojar, nos discúlpanos cuando cerramos la puerta de la despensa, dejando encerrado al menor de los Skillek.

Así que, como de costumbre huimos en la madrugada con Kus.

-¿Hola?-Es lo primero que digo, cuando el auto de Kus arranca, dejándome en la entrada del bosque.

Ninguno se mueve, pero las tres miradas parecen penetrar en mi, como si fueran pequeñas flechas que van directo a mi.

No debería sentir ese hormigueo que cruza por mi cuerpo, al verlos así, enojados.

Dios ¿cómo es qué se ven a un más atractivos?

-¿Dónde fuiste?-Matt es el primero en hablar, su voz es dura, y su mandíbula tensa me dan a saber que no está de humor.

Pero, jamás es mal momento para bromear ¿verdad? Además, es obvio que sabe dónde fui.

-A tomar un helado, a estas horas de la madrugada saben mejor-Bromeo, pero ninguno ríe.

Anda, público difícil.

Bufo, pasando por su lado, y me adentro en el bosque, no siento que ninguno me siga, y por fin puedo respirar tranquila.

Miro hacia atrás, mientras esquivo una rama de mi camino, ya no están. Las siluetas de sus sombras apenas alumbradas por la luna, han desaparecido.

Me tenso, cuando un ruido a mi lado hace que voltee hacia un árbol, pero, no hay nada.

Quizás ellos volvieron a Lorchpey, no hay forma de que se muevan tan bien en la oscuridad ¿no?

No decías lo mismo cuando el movimiento era entre tus piernas.

Joder, Conciencia, calla.

Suelto un suspiro cuando el pequeño sendero comienza a desvanecerse, y la casa de mi abuela, se asoma entre algunos arbustos.

Pero, de repente un silbido corta el viento, y me detengo.

Me giro hacia atrás, sintiendo unos pasos en mi espalda, pero el bosque está vacío, ni si quiera corre una brisa de aire, pero estoy segura de que oí un silbido.

Mi respiración se corta cuando un aliento choca con mi cuello. Me volteo, y mi corazón late aceleradamente cuando no hay nada.

Trago saliva, empezando a girar en círculos, con cada sonido, incluso siento como si alguien jalara mi pelo.

Pero no hay nadie.

Siento como mi piel se eriza cuando una mano roza mi espalda, desde mi cuello bajando por mi columna vertebral. Y me paralizo con ese susurro burlón que no alcanzo a entender.

-Deberíamos castigarte, tanto, que rogaras porque nos detengamos-Su voz con una pizca de diversión, se mezcla en la brisa del bosque.

Lukaw.

-Follarte, hasta que tu garganta se desgarre, y nadie escuché tus gritos-Otra mano acaricia mi cintura pero no me volteo, su tono duro y ronco, me deja saber quién es.

Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Where stories live. Discover now