77. No salgas

454 37 0
                                    

Narra Lheyra:

—¡Mierda! ¿Cómo se les ocurre? ¿Qué no piensan que hace solo unas semanas dejo de ser virgen?

Gruño con molestia cuando el grito de Matthyw me despierta.

Abro mis ojos, viendo a los tres hermanos rodear la cama.

—¿Pueden callarse?—Tapo mi cabeza con la almohada, pero cuando intento girarme hacia un lado, una punzada de dolor atraviesa mi centro, haciendo que suelte un gemido de dolor.

Matthyw retira la almohada de mi cabeza, sacándome las mantas. Pero antes de que aleje la almohada de mi, se la tiró en la cara

—Dejame revisarte—Pide esquivando la almohada.

Su voz cambia drásticamente para un tono preocupado. Al parecer solo está enfadado con sus hermanos.

—Estoy bien, pero dejaré de estarlo si no me dejan dormir.

—Ya es pasado casi de noche, bonita—Habla Nizaw y noto algo de pena en su tono.

Ni que estuviera inválida.

Parece que Matthyw no es el único amargado.

Tengo sueño, Conciencia, que no jodan.

Me reincorporo en la cama, evitando hacer una mueca cuando terminó de sentarme sobre el colchón.

Ignoro el hecho de que estoy cubierta solo por una de sus camisas, y que, por el aroma seguro es del castaño.

Huele muy bien, su aroma es demasiado magnético.

—Abre las piernas—Demanda el rubio.

Alzo una ceja.

—Invitame a cenar, al menos.

Ignora mi comentario, y separa mis muslos, dejando al descubierto mi coño.

Con una facilidad sorprendente, me hace girar quedando boca a bajo, y descaradamente separa levemente mis nalgas.

Siento como coloca una crema fría que inmediatamente alivia mi dolor, y esa es la única razón que evita que me queje.

—Solo está hinchado, pero podrían haberle ocasionado un desgarro, imbéciles—Regaña hacia sus hermanos.

Ambos miran hacia el suelo como perritos regañados ¿cómo pueden ser tan tiernos y a la vez tan...?

Sacudo mi cabeza ignorando los pensamientos que llegan a ella.

Vuelvo a acostarme, queriendo reconciliar el sueño, pero como siempre don aguafiestas lo impide.

—Llevas durmiendo mucho tiempo, iremos al pueblo, y necesitas ir—Informa sin dar tregua a discutir, para luego girarse a hacia sus hermanos—Ustedes la llevarán, no va a caminar hasta mañana.

—¿Qué no voy a qué?—Protesto.

Rápidamente vuelvo a sentarme en la cama, dispuesta a levantarme, pero Lukaw me lo impide.

—Nena, no fuerces tu cuerpo, podemos cargarte, no necesitas caminar.

La idea suena tentativa, pero me rehusó a qué me traten como si fuera débil.

Soy perezosa, no débil, sino camino es porque no se me antoja, no porque no pueda.

Y con ese pensamiento me levanto, evitando demostrar la punzada de dolor que recorre mi cuerpo.

Jugar con fuego, tiene consecuencias, Lheyra.

Matthyw levanta la ceja, mirandome como si me desafiará a caminar, así que avanzo hasta él, mientras sus dos hermanos me rodean, como si en cualquier momento mis piernas fallaran.

Tres Mentiras, Una Verdad [+18]Where stories live. Discover now