Una joven aislada, un asesino misterioso y una aplicación atrapadora, serán las principales piezas que crearan una historia llena de mentiras. Donde los que parecían inocentes eran los cómplices de la desgracia.
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Soundtrack: Middle of the night (Versión Joel Sunny)
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◇__¡Feliz desastre de cumpleaños, Ehylan!__◇
Parte 2
Mi reacción en este momento ha de ser cómica. Me volteo para ver a Allen con una mirada endemoniada, esperando a que me corresponda y diga: ¡Sorpresa! Es una broma. Pero no, nada de eso pasó mientras los segundos pasaban y las personas se mostraban complacidos ante tal falsa declaración; al menos yo sé que esto es falso, así como mi paciencia y mi calma también lo son.
Disimuladamente le doy un pellizco a un lado de la pierna, un pellizco bien fuerte, a pesar de ello, el ojiturquesa no se inmuta, continúa sonriendo como estúpido frente a las cámaras. Ignora totalmente mis acciones, y delicadamente me arrastra hacia el interior del hotel sin quitar su mano de mi cintura, Vidal va detrás de nosotros y se pierde entre la multitud; al entrar todas las personas nos están viendo atentamente, varios se nos acercan a felicitarnos, darnos halagos y frases llenas de amabilidad, contentos por nuestra relación .Me fuerzo a sonreírles a todos aunque por dentro estoy ideando mil planes para estrangularlo, el castaño simula estar disfrutando de todo este show, al contrario de mí, que deseo huir de este lugar y borrarle la mente a todas las personas sobre lo que Allen acaba de decir, de una supuesta relación entre nosotros.
Sin dejar de sonreír me acerco con disimulo y le susurro solo para que él escuche.
—Podemos hablar un momento.
—Por supuesto—me responde con un hipócrita dulzura.
Lo jalo en dirección a los baños en un santiamén.
Mirando a mi alrededor para asegurarme de que nadie nos está prestando atención, me adentro al baño de hombres cerrando la puerta detrás de nosotros con pestillo. Lanzo mi cartera en el lavado y sin pensarlo dos veces, lo empujo contra la pared y luego lo sujeto con fuerza del cuello de su camisa.
—¿¡Qué demonios acabas de hacer!?— inquiero furiosa.
No muestra ninguna reacción de su parte ante mi reclamo, más bien alza una ceja y me mira con aburridez.
—Pensé que esto era lo que querías—se escucha extrañado.
—¿De qué hablas?—Entiendo un rábano de lo que está pasando.
