Una joven aislada, un asesino misterioso y una aplicación atrapadora, serán las principales piezas que crearan una historia llena de mentiras. Donde los que parecían inocentes eran los cómplices de la desgracia.
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Fecha de p...
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◇__Hagamos una aplicación__◇
Dos años y dos meses después.
Rebusco el libro de matemáticas en mi casillero hasta encontrarlo debajo de todos los demás, estaba de último; el motivo de ese lugar es porque casi no lo toco y no me gusta. Solo lo ocupo porque la clase me lo pide. No porque me guste. Así es, no me gustan los números, lo cual es algo irónico si estudio Ingeniería en Sistemas
Tomo el libro entre mis manos y cierro la puerta del casillero dejando al descubierto la cara de torta de Vega con una amplia sonrisa que abarca toda su cara.
—¡AAAHHHHH!—grito con el corazón en la boca llevándome una mano al pecho mientras varios estudiantes me miran como si fuera una loca —.Vega, casi me matas del susto.
Chasquea la lengua.
—No seas exagerada, Kaela.
Logro tranquilizar los latidos de mi corazón y la miro con desconcierto. ¿Ahora que quiere esta chica?
—¿Qué ocurre?
Se agranda más su sonrisa, parece maníaca; pasa sus manos por su lacio y oscuro cabello que llega hasta los hombros con coquetería.
Suspira con ilusión.
—Tu hermano me pidió ser su novia.
La miro confundida, tengo dos hermanos; ella al mirar mi rostro desorientado aclara sus palabras.
—Tu hermano Jenser.
Mis ojos se abren con asombro. Jenser nunca ha sido de tener novias, ni líos. Acordándome, él solo ha tenido una novia, y con Vega—Si era verdad lo que me decía—, ya serían dos.
—Y tú le dijiste...—con mi mano le indico que añada la respuesta, aunque estoy segura que le ha dicho que si, hace tiempo que andaba detrás de mi hermano.
Se muerde el labio inferior con emoción.
—Siiiii—exclama con vehemencia, obteniendo otras miradas de parte de los estudiantes.
— Felicidades—finjo una sonrisa dulce pero más bien me sale una mueca rara. Ella no le pone tanta importancia porque esta chillando como bruja.
—¡Ay muchas gracias. Gracias, gracias, gracias!
Me estrecha en un sofocante abrazo, enrollando mi cuello con sus delgados brazos pero que por poco me ahogan. Me separo suavemente de ella.
