CAPÍTULO 4

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◇__ Reencuentros incómodos__◇

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◇__ Reencuentros incómodos__◇


—¿Te encuentras bien?— Es lo primero que me pregunta mi hermano al llegar a toda prisa hasta donde mí junto con su novia.

La policía ha llegado minutos después de que hubiéramos encontrado el cuerpo de Bregman, y nos pidieron que abandonáramos la fraternidad. Así que estoy afuera sentada en la acera de la calle mientras esperaba a que alguno de mis hermanos apareciera después de llamarles y relatarles lo sucedido. Al primero que llamé fue a Jenser el cual me había parecido oírlo agitado a través de la línea, y después llamé a Ehylan el cual arrastraba las palabras por la ebriedad que se llevaba.

El de ojos avellana me mira con preocupación y me inspecciona de pies a cabeza en busca de alguna señal de que esté herida. Al captar la intención de su mirada suspiro.

-Estoy bien, tranquilízate. No me ha pasado nada— aclaro con tranquilidad pasándome las manos por la cara, aunque por dentro estoy traumatizada por lo que he visto.

Él en cambio, se limita a asentir poco convencido. Vega se cuelga de su brazo con coquetería y viendo a su alrededor como si fuera un viaje de turismo y no la escena de un asesinato. Le doy un repaso a su vestimenta, tiene puesto un vestido blanco ajustadísimo que llega debajo de sus nalgas, no lleva escote lo cual muestra el inicio de sus enormes pechos de plástico, incluso la tela se transparenta un poco porque se nota el color rosa de su sostén y de sus bragas. Sin olvidar sus enormes tacones negros de casi 20 centímetros y su cabello negro en una coleta alta con unos aretes redondos y plateados colgando de sus orejas y el mucho maquillaje en su rostro.

Lo que me llama más la atención es ver la camisa de mi hermano arrugada, el cabello despeinado, la bragueta media abierta de su pantalón y en la esquina de su boca una mancha de labial rojo oscuro al igual que el que usa la chica, y la chica tiene un tono rojizo en su cuello, es un chupete.

Otros que se estaban montando una fiesta.

Arqueo una ceja.

En ese instante llega corriendo mi otro hermano.

-¡Aquí estoy!¡Aquí estoy!— dice como desquiciado con voz ronca y sacudiendo sus brazos como foca epiléptica, con algunas gotas de sudor resbalando de su sien.

Se acerca a mi y se pone de cuclillas para poder abrazarme. Huele mucho a alcohol y su camiseta negra esta algo mojada de sudor.

Me siento algo molesta. Pues mientras ellos disfrutaban de echar un polvo o embriagarse, yo estaba sufriendo de la peor noche de mierda de mi vida.

Jenser mira su reloj.

-Llegas tarde— le informa con reproche.

Pero él no tiene mucho de haber llegado ¿no? Apenas han transcurrido como cinco minutos.

-No ha pasado mucho tiempo desde que tú también viniste— le digo en tono acusatorio.

Noto cierta vergüenza e incomodidad en su mirada.

Deseo un Asesino Where stories live. Discover now