Una joven aislada, un asesino misterioso y una aplicación atrapadora, serán las principales piezas que crearan una historia llena de mentiras. Donde los que parecían inocentes eran los cómplices de la desgracia.
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◇__¡Feliz desastre de cumpleaños, Ehylan!__◇
Parte 1
Narrador omnisciente.
Los hermanos Blade aprendieron a cuidarse a sí mismos, solos, cubrirse las espaldas en cualquier momento; su madre nunca los quiso, los hacía a un lado, su prioridad era su fama y dinero. Ser hijos de padres diferentes era un tema complicado para todos, al saberlo todos pensaban que su madre había sido una cualquiera, que aunque no lo decían en voz alta, si lo pensaban. No podían pensar y organizar todos juntos una misma, cosa, como: Preparemos juntos el regalo de papá. O algo por el estilo. En cambio, eso no se podía, tenían padres distintos. Los chicos solo se llevaban un año de diferencia. Ehylan cumplía años el 30 de Octubre, Jenser el 15 de Noviembre y Kaela el 20 de Enero.
Los únicos que amaron a esos chicos y que estuvieron pendientes de ellos, fueron sus abuelos Helmer Blade y Shana Blade, e incluso Xóchitl. Una señora que trabajaba en la casa de ellos y que había sido como una madre, siempre estaba al pendiente de ellos, ya que era la que vivía en la misma mansión que los chicos. Por eso, el señor Helmer y Shana le tenían mucha confianza, sabían que ella cuidaría bien de sus nietos.
Por desgracia de la vida, la señora Shana Blade murió cuando los chicos eran unos niños, la bella Kaela tenía tan solo cinco anitos cuando falleció la abuela, ella no lloró en su velorio, ni siquiera sabía que era lo que pasaba cuando miró a todas esas personas reunidas en la mansión de su abuelo. Todos tenían caras tristes y apagadas, Xóchitl le dijo a ella y a sus hermanos que fueran a una habitación a jugar y ver películas de Disney, mientras comían helados, palomitas y postres; a ellos no les solían permitir que comieran mucha comida chatarras pero esa vez fue la excepción, los adultos querían mantenerlos distraídos a toda costa, no querían que los niños vieran a las personas llorar.
Kaela recuerda bien la película que estaban viendo esa noche, Alicia en el país de las maravillas. Ella decía que era Alicia por su cabello rubio, Ehylan dijo que era el gato sonriente y Jenser decidió tomar a el sombrerero. Entre risitas y susurro dijeron que mamá era la reina roja. Una mujer mala y fea. Aunque de fea no era cierto, en realidad Pamela Blade, o a como se hacía llamar artísticamente Ela Blade, era una mujer preciosa y de un cuerpo tallado por afrodita. Cosa que la menor de los Blade no heredó. Ella tenía un tamaño normal de pechos y trasero, pero nada grande para llamar la atención. Ni siquiera poseía una pequeña cintura; solo una cintura con leves curvas, nada resaltado. Thais le decía que la acompañara a ir al gimnasio, pero el ejercicio no era lo de Kaela, le daba pereza, no tenía fuerza de voluntad ni a patadas.
