CAPÍTULO 74: EXTRA 5

189 21 1
                                    

☳☳★★☳☳

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

☳☳★★☳☳

Los fines de semana, ayudo a mi padre en el hotel. Siempre diciendo que debo de aprender más del negocio de hotelería. Algo que no me llama mucho la atención. ¿Podría hacerlo? Prefiero hacer otras cosas. Menos estar en medio de muchas personas. Observo mi reflejo en el espejo de la recepción y compruebo lo listo que estoy.

Menos las ganas.

—Joven Allister —llama uno de los hombres de mi padre—. Ha venido la hija de uno de los amigos de su padre.

¿Hija? ¿De nuevo?

—¡¡Allister!! —grita una vocecilla chillona, viniendo a mí. Casi salta encima de mi cuerpo, pero la evito dando dos pasos a un lado—. Como siempre frío. ¿Por qué no te dejas dar cariño?

—Hola de nuevo, señorita Maryuri. —Saludo con cortesía—. Es un gusto volverla a ver.

—Sí. Claro. Como no.

—¿En qué puedo ayudarla?

Cabello largo rubio pintado y un vestido verde agua suelto. Lleva mucho maquillaje encima, pareciendo una chica de más edad, cuando en realidad solo tiene quince años. Es menor que yo.

—No tienes novia, ¿verdad?

—No contestaré a esa pregunta.

Ella ríe.

—Oh, Allister. Vamos —incentiva—. Dímelo. Quizás, la tengas dentro de poco.

No sé a lo que se refiere, pero juzgando su comportamiento y las conversaciones de mi padre, sé a dónde quiere llegar. Sin embargo, unas presencias que pasan a un lado, hacen desconcentrarme.

¿Asha?

No solo ella, sino también el profesor Borchen y su prima.

¿Qué hacen aquí?

—¿Dónde va ese número de piso? —pregunto a mi acompañante.

—Al bar- discoteca, joven.

¿Bar- discoteca? ¿Vinieron aquí a beber y bailar?

—¡Allister!

—No me casaré contigo, Maryuri —replico, viéndola sin vacilar. Ella pone un rostro sorprendido—. No soy una pieza de ajedrez de nadie. Además, no me interesa ese tema. Aún estoy en la secundaria.

—Pero....

—Tú también no estás a nivel para pensar en unir tu vida con la de un hombre —explico. Necesito verla—. Si me disculpas.

—¿Estás enamorado de alguien?

Pregunta directa sin tapujos.

Sin embargo, no respondo. No hay necesidad de hacerlo. Termino esa conversación y apresuro los pasos hasta el ascensor que da directo al bar- discoteca. ¿Por qué han venido aquí? No pensé verla el lunes. ¿Pasó algo? Solo bebe cuando tiene un problema.

PROBLEMÁTICO AMORWhere stories live. Discover now