Asha Bolton, es una profesora de Literatura que pasa por un proceso de ruptura de su expareja de años. Aceptó ir a escondidas a una fiesta de adolescentes para supervisar a sus primos, sin imaginar que, dentro de ello, se encontraría con Allister, e...
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De cierto modo, aún siento ese vacío en el corazón. Quizás, por eso, conecté rápido con Allister. Es solo eso. No hay nada serio en estas citas y salidas improvisadas. Por eso, dejo que el destino se escriba entre los dos. No tengo ganas de amar de nuevo a alguien. Es pronto para ello. Luca siempre ha dicho buenos consejos de vida.
—Solo es una aventura —digo sonriendo—. No hay nada serio en ello.
—Una aventura quizás problemática.
Río.
—Allister no es problemático —cuento, recordando a ese lindo chico. Luca arquea una ceja—. Es muy coqueto y tierno. Me gusta mucho.
—Te dejará de gustar cuando lo conozcas más.
—¿Tú crees? —pregunto, sirviendo la comida—. Quisiera besarlo hasta el cansancio. Además, ¿sabes? Dijo que fui la primera mujer que ha besado.
Luca bufa.
—¿Y le creíste?
—No —contesto riendo—. Pero es una mentira muy tierna.
—Asha.
—¿Qué? Descuida, no me acostaré con nadie por el momento. Solo me encontré dos veces con él. Dudo que lo vaya a ver de nuevo. —Empiezo a servir los jugos—. Bueno. Si el destino nos vuelve a encontrar..... Sería muy interesante, ¿no lo crees?
—Oh, Asha. Te recomiendo que antes de iniciar una relación, esperes un buen tiempo, hasta que tu corazón esté curado —recomienda sin quitar su mirada ceñuda de mí—. O sino, nada resultará bien.
Mi corazón está hecho añicos.
Pero no me siento mal como antes. El dolor ha bajado de intensidad.
—Deja que el destino diga, Luca.
—Asha.
—Me gusta ver como el destino juega con las personas. —Sonrío—. ¿No te parece? Todo pasa por algo. Es una frase que he adorado mucho.
Sí. Todo pasa por algo.
Las cosas que nos da la vida, siempre tiene motivo. Nada es por nada. Hasta la ruptura de mi ex debe ser un motivo grande.
—Espero que ya no te emborraches y digas que quieres tener sexo conmigo —demanda, empezando a comer—. Porque no seré el que salga herido de un error.
—¿Qué?
—Te lo dije, Asha. Mejor espera hasta que tu corazón cure. Cuando estés bien, ahí sí, podrás tener a alguien a tu lado —repite lo mismo. Sonríe—. Tampoco quiero que seas mi amiga con derecho.
