CAPÍTULO 43

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Estoy en un cuarto que no es el mío. Huele a flores silvestres. El aire entra por el ventanal que tiene una cortina blanca. La luz solar se filtra tan cálida. Parece una imagen sacada de una novela. Me levanto y mechones de cabello largo caen por mi rostro. ¿Desde cuándo tengo la cabellera larga? ¿Son extensiones? Dirijo mi mirada al lado derecho encontrando a un hombre de pie. Lleva una camisa suelta. ¿Quién es?

—¿Tienes hambre? ¿Por qué no dejas en paz a mamá? —habla en tono dulce. No conozco esa voz. Aquel hombre voltea a mi dirección. Al hacerlo, todo mi cuerpo se queda congelado—. Buenos días, amor.

Es él.

Es nada menos que Allister. No está solo. Tiene un bebé de meses en sus brazos.

—¿Qué....

—Se levantó temprano. Parece que tiene hambre —cuenta a medida que viene hacia mí con el bebé en sus brazos. Su aspecto ya no es la de un niño, sino de un adulto. ¡Es más atractivo!—. ¿Pasa algo?

Un Allister adulto con un bebé.

—Esto es un maldito sueño de nuevo —musito pasmada—. ¿Por qué....

Se sienta sobre la cama con el bebé en sus brazos.

Él sonríe tan maravilloso que he quedado flechada. El ruido del bebé, llama mi atención. Anclo mis ojos en él, descubriendo a un hermoso niño de cabello negro y ojitos rasgados. ¡Se parece mucho a él!

—Diablos. Esto es tan real.

—¿Real?

Extiendo mis manos y agarro al bebé con suavidad. Su calidez es tan real que mi corazón se llena de un sentimiento extraño. Siempre deseé saber lo que se siente ser madre. Con mi exnovio no se pudo.

—¿Estás bien? ¿Por qué lloras? —pregunta el Allister adulto. Miro al bebé que aprieta uno de mis dedos—. ¿Asha?

—Sé que es un sueño, pero se siente hermoso tener un bebé —respondo con la vista nublada—. Se parece mucho a ti, Allister.

—Sí. Lo sé, pero....

A lo lejos se escucha el ruido de la alarma. Sonrío triste. Deposito un beso en la frente del pequeño Allister.

—Bonito sueño, bebé. Si esto pasara más adelante, no sería malo.

Abro los ojos de golpe, encontrando el techo de mi cuarto. Apago la alarma. Son las seis de la mañana. Me siento sobre la cama y limpio las lágrimas de mi rostro. Fue un bonito sueño. No pensé que soñar con ser madre fuera tan hermoso. Miro a un punto en específico.

Así hubiera sido.

No estaría aquí, sino con él y un bebé.

Toco mi vientre y sonrío. No estuvo mal soñar con Allister siendo mi esposo. Sin embargo, la realidad golpea, desapareciendo la sonrisa.

PROBLEMÁTICO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora