Asha Bolton, es una profesora de Literatura que pasa por un proceso de ruptura de su expareja de años. Aceptó ir a escondidas a una fiesta de adolescentes para supervisar a sus primos, sin imaginar que, dentro de ello, se encontraría con Allister, e...
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Solo deseo dormir y no levantarme en una semana.
Acepté en silencio la propuesta de Arwin. ¿Por qué me vinculé con un hombre como él? Sabe conquistar a una mujer y caer ante sus encantos naturales. El venir a su casa, no es el mayor problema, sino que, veré a Allister. Necesito hablar con él sobre el hotel. Suspiro y muevo mis manos con nerviosismo. Parece que estaré rodeada de estos hermanos.
Definitivamente, este es el karma de mi vida pasada.
—Llegamos —dice Arwin, deteniéndose afuera de una casa elegante, cuyas paredes son grises. Tiene dos pisos. Hay un enorme balcón en el centro. Es posible que tengan una piscina.
Mis ojos arden de lo brillante que es.
—Siento que estoy pisando terreno de la realeza.
Él ríe.
—Debes sentirte afortunada —comenta sin salir del auto. Arrima sus manos sobre el volante y no deja de observarme con esos ojos marrones oscuros—. No estés nerviosa. No comemos.
—¿Debo actuar como si estuviera interesante en ti?
—Algo así. Eres mi amiga que conocí hace un tiempo —dice, tocando una de mis manos. Sobresalto—. Estás tensa.
—Lo lamento. Es la primera vez que piso terreno de la realeza.
Otra risa suave.
—No soy un príncipe.
—Si estamos hablando de ello, pareces un rey de esos tiempos de guerra —comento, recordando mis novelas—. Sí. Solo falta que haya una reina y eunucos.
Carcajea.
—No sé qué es eso, pero es gracioso.
—Disculpa. Suelo balbucear cuando tengo nervios. —Respiro profundo y armo de valor—. Estoy lista, Arwin.
—Bien.
Espero que se baje del auto, pero en vez de eso, permanece observándome con una sonrisa en el rostro. Arqueo una ceja. ¿Estaremos jugando a las miradas?
—¿Arwin?
—Lo siento. Quedé embelesado. Vamos, Asha.
¿Embelesado? Salimos del auto.
¿Qué significa esto? La mirada que me dio, es parecida a la de Allister. ¿Por qué rayos lo comparo con él? ¡Estoy volviéndome loca! Entre nervios y todo aquello emocional que cae en mí, voy a su lado. Salto al sentir su mano agarrar la mía. Él ríe suave.
No diga nada y entramos a la maravillosa casa.
Dentro es todo brillante. Paredes blancas. En la sala, hay muebles de color oscuros que adornan de forma airosa el alrededor. Las escaleras que conectan en la parte de arriba, están al fondo con pasamanos negros. El olor de la casa, tiene una esencia de vainilla.
