PROBLEMÁTICO AMOR

CAPÍTULO 70: EXTRA 1

☳☳★★☳☳

He estado estudiando hasta que el reloj de mi muñeca marca las diez de la noche. No quise ir a casa por la visita de mi medio hermano Arwin, quien llegó de Italia para quedarse un tiempo. Somos hermanos de diferente madre. Nunca hemos tenido una relaciones normal de hermanos, por llevar la mitad de sangre diferente.

No importa eso.

Guardo el cuaderno en mi mochila y me retiro de ahí sin ganas de ir a casa. Falta poco para ir a la secundaria. Mi último año. Luego, tendré que ir al exterior a estudiar la universidad.

Una sombra se cuela, bloqueando mi paso. Tropieza con mi cuerpo. Lo primero que veo es un cabello negro. Es una mujer. Eleva su cara y me observa. Ojos marrones tan redondos con facciones suaves. No carga mucho maquillaje. Su cabellera es corta que se esparce por su rostro.

¿Una estudiante?

—¡Luca! —habla de manera distorsionada. El olor alcohol indica que no es menor de edad—. ¡Te quiero mucho! —Me abraza, dejándome quieto y congelado en mi sitio—. No deseo estar sola.

—Espere, yo no soy ese tal Lucas.

—¡Me duele corazón! —exclama. ¿Está llorando?—. ¿Por qué me traicionó? ¡Ya no deseo volver a enamorarme!

Está ebria por motivo de engaño.

Miro alrededor, buscando ese tal Luca, pero no hay nadie. ¿Está sola?

—La llevaré a un lugar mejor y......

No continúo. Ella se ha alzado hasta agarrarme el rostro con ambas manos. Agrando los ojos al verla sonreír, mientras aprieta un poco mi rostro. ¿En serio es mayor? Tiene una expresión muy....

—Eres guapo, Luca. ¿Desde cuándo te has vuelto así? ¡Pareces sacado de una de esas novelas que veo en la tv! —exclama entre una risa—. Si pudiera, te besaría en este momento. Solo que somos amigos.

—Ya le dije que no soy ese tal Luca. Usted...

Salta a mi cuerpo y enreda sus piernas en mi cintura.

¿Así son todas las mujeres cuándo están ebrias? La gente pasa a un lado de nosotros como si nada hubiera pasado.

—¡Odio mi vida! ¡Mi ex me engañó! Y... ¡Poseo este rostro de niña! —De nuevo llora. Parece un koala guindada en mi cuerpo. Es la primera vez que tengo a una chica así a mi lado—. Tengo veintisiete años. ¿Lo sabes?

Veintisiete años. Es mayor que yo.

—No pareces de esa edad.

—¡¡Cállate!! —Golpea mi espalda—. ¡¡Soy mayor!! ¡Puedo beber! ¡Tener sexo! ¡Manejar! ¡Todas esas cosas!

—Solo lo decía. Ya no llore —replico cansado, mientras palmeo la espalda. Mis manos se mueven sola hasta su cintura para ubicarla mejor—. Vamos. La llevaré a un lugar mejor.

La sensación de tener a una chica junto a mí, es extraña. Aparte que huele a alcohol, también está su perfume femenino. Su cuerpo es suave. ¿Así son todas? Sonrío y enseguida dejo de hacerlo.

¿He sonreído?

—Quiero dormir —masculla, bajándose de mi cuerpo. Mis brazos quedan extendidos y en mi pecho nace una sensación que no puedo poner nombre alguno. Trata de ponerse de pie con sus tacos—. Ya llegará el día en que ría, ¿verdad, Luca?

Sonríe con lágrimas en los ojos.

—¡Ahí estás! —exclama una voz masculina detrás de mí. Ella busca al artífice. En unos instantes, corre por un lado de mí hasta llegar a él. Volteo a verla. El tal Lucas, no es nada menos que el profesor de matemáticas.

Luca Borchen.

Ella cae en sus brazos. Hace lo mismo. Salta encima de él, mientras le rodea con sus piernas en su cintura, pareciendo un koala. El profesor Luca, la recibe gustoso. ¿Son novios? ¿Mejores amigos?

No importa. No me interesa eso.

Volteo de nuevo y camino; sin embargo, detengo mis pasos. La busco otra vez, encontrándola que está alejándose con él. Me tenso al verla alzar el rostro y mirar a mi dirección. Ambos nos miramos y ella sonríe, despidiéndose con la mano.

¿Está despidiéndose de mí?

Lanzo una risa. Es extraña. Mucho.