Capitulo 39

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Sangre...

Mucha sangre en sus pálidas manos, los temblores en ellas indicaban que salió del trance en que se encontraba anteriormente. Su agitada respiración era el único sonido que podía oírse en toda la oficina, y el latido de su corazón retumbaba en su pecho como cuando los sonidos de los relámpagos lo hacían contra las ventanas.

Miraba el cuerpo tendido en el piso blanco, resaltando el rojo de la sangre que estaba esparcida en él. Los rastros de los objetos rotos rodeaban a las dos personas que se encontraban en aquella habitación.

Lo único que pudo hacer es agarrar la laptop del escritorio sin importar mancharlo, con las emociones aún a flor de piel se dirigió hacia la pared de vidrio para ver como las pastrullas venían una tras otra para rodear el edificio.

Retrocedió un poco para verse reflejada y pudo distinguir su mal aspecto, aún así tenía una sutil sonrisa en el rostro, sin embargo, una lágrima cayó arrastrando con ella la sangre que tenía en la mejilla.

Oyó como los policías se iban acercando hacia la oficina, simplemente se quedó mirando el anochecer, especialmente a la luna tan brillante más de lo habitual, la estrella más cercana titila notablemente que la distrae de los colores de las sirenas de las pastrullas que se encontraban abajo.

La puerta se abrió bruscamente y aún así no se inmutó, solo quería disfrutar ver a la luna y a las estrellas, quizás sea su última vez que lo haga.

- Kara Luthor, queda usted detenida por...

Ya no escuchaba, al menos no a ellos, solo oía las risas de sus hijos en su mente, cosa que toda madre y padre desea oír hasta el final de sus días, sin que nadie le quite aquello, nadie como el hombre que estaba tirado en el suelo.

Tomaron la laptop que la rubia tenía en sus manos y la llevaron como evidencia, era su objetivo, si no lo agarraba no se lo iban a llevar, tenía rastros de sangre y al menos estaría protegido estando en la comisaría, era la prueba más importante y la razón por el cual la llevó a cometer un delito.

Al salir del edificio vio como Alex, Queen y Max la miraban con terror y sopresa. La pelirroja intentó acercarse a ella pero algunos policías la detuvieron. Kara oía que le decía algo pero no entendía nada, sus fuertes latidos seguían retumbando en su pecho y llegaba hasta sus oídos. Al subirse al vehículo, les dedicó una mirada satisfactoria y una sutil sonrisa. No se arrepentía de lo que había hecho, jamás lo haría si eso incluía salvar a varios niños incluyendo a sus hijos, era consciente que ahí no acaba, pero al menos tenía la satisfacción de sacar en medio a uno de los causantes de las desgracias.

Hace dos meses atrás...

Elizabeth se quedó paralizada al ver como la frente de su madre sangraba, tenía pequeños espasmos por el llanto, solo se quedó quieta aún con la rabia y el dolor abundando su pequeño ser.
Estaba asustada, solo quería ahuyentar a la mujer que era la causante de todo lo malo que le había pasado, pero no quería hacerle daño.

- ¡Elizabeth!- Le gritó su madre saliendo en su búsqueda y luego observó a una rubia herida no solo físicamente.

Kara simplemente miraba al suelo con una expresión de decepción, sorpresa, dolor y varias cosas que nublaban su mente.

- Yo... yo no quise...- Hizo un puchero y por fin reaccionó, corrió de nuevo para entrar en la mansión y dirgirse nuevamente a su habitación.

- Kara...- Dijo Imra preocupada.

- Ve junto a Elizabeth, yo me encargo de ella.- Se ofreció Slade quien vio como su esposa asintió y le dedicó una disculpa a Kara con la mirada quien no se percató de eso.

Contra Llamas 2ª ParteWhere stories live. Discover now