ANNA

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Días atrás hablé con Santiago por última vez. Me prometió que iría al psicólogo, se había dado cuenta de que lo necesitaba, y yo estaba feliz por su decisión. La verdad es que a medida que lo había ido conociendo cuando apenas comenzamos la relación, noté que no tuvo una infancia feliz y su madre no le dio toda la atención que merecía. Su padre es un empresario que viaja todos los días y de niño Santiago quedaba solo con su madre, quien lo dejaba con las cuidadoras de la casa para así, ella, salir a hacer sus cosas.

Cuando había conocido a Santi, no lo presenté de manera formal en casa, pero sí hice mención a mis padres. Le conté de él y noté el cambio brusco en la mirada de mi madre cuando dije que estaba saliendo con Santiago Winger, su cara fue un poema. En ese momento no entendí el porqué, pero no pasó mucho. Hasta que una noche, escuché a mis padres en su habitación, mamá estaba un poco alterada y le decía a mi padre que ella no estaba de acuerdo con que yo saliera con ese chico, ella conocía a Rossana: la madre de Santiago, fueron amigas en la adolescencia hasta que después de un viaje, más exactamente, después del viaje que hicieron en crucero, con un grupo de amigas en el mar mediterráneo como despedida de soltera para Rossana, luego de que regresaron, su amistad se rompió.

Mi madre le contaba a papá como Rossana engañó la última noche de la despedida de soltera a quien iba a ser su marido y cuando regresaron del crucero a los pocos meses, esta se enteró de que estaba embarazada, Rossana estaba muerta de miedo, ya que no sabía si el bebé que esperaba era de su marido. Se refugió en mi madre para que la ayude con un aborto y la misma le dijo que no, nunca estuvo de acuerdo con interrumpir el embarazo, por lo que Rossana se enojó muchísimo y eso provocó la pelea de ambas. Con el tiempo nació Santiago y Rossana nunca le dijo la verdad a su marido.
Por eso, mi mamá no quería a Santiago, bueno...no es que no lo quería a él, detestaba a su madre. La escuché decir que Rossana era una víbora, mala persona y no me quería cerca de esa familia.

Yo dejé pasar lo que había escuchado porque era mucho más chica y no encontré que fuera de mi interés retener esa información. Hasta que con los años veía el trato que Santiago recibía de su madre y pude entender el porqué, lo trataba con desprecio, lo llenaba de dinero y lo dejaba solo para disfrutar ella de sus días sola. Nunca quiso tener hijos, eso también dijo mi madre, pero el embarazo ya estaba bastante avanzado cuando se enteró, así que no tuvo opción más que tenerlo porque su marido estaba feliz de ello.

Y así fue como pude entender los comportamientos de mi exnovio. No los justificaba, para nada. Siempre busqué que Santiago fuera a un psicólogo y tratara sus dolores de la infancia, pero no conseguía que lo hiciera hasta ahora, aceptó que tenía razón tras hablar tantos años con él para que lo hiciera.
Me dejaría en paz y según él, todo se arreglaría cuando él esté mejor con ayuda psicológica. Busqué tranquilizarlo para que se tratara y con el tiempo veríamos que era de lo que fue nuestra relación. Yo estaba segura de que no quería regresar con él, el amor se acabó ya hacía bastante tiempo, pero el cariño seguía dentro de mí. Santiago merecía estar bien y comenzar con su vida de nuevo.

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Los días pasan tan rápido que ya estamos a sábado de nuevo, y como es de esperar, saldremos con el mismo grupo de siempre.

En esta ocasión vamos a una fiesta que tiene acceso a una playa privada, así que toca llevar bikini, ya que nos han comentado que todos terminan bailando y jugando en el agua.

Me decido por un vestido de lino color crema y debajo llevo el bikini negro. En los pies está claro que debemos llevar sandalias de playa. Mel se pone un traje de baño rosa y encima de él una falda de vuelos muy bonita, contrasta muy bien con su piel bronceada. Una vez listas, pedimos un Uber y estamos de camino a la fiesta.

Por Primera Vez ©Where stories live. Discover now