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{ Un día normal en el Paraíso... o no. }

- Narrador omnisciente -

- DOS AÑOS DESPUÉS -

Un día normal en el Paraíso.

Creo que allí no había de eso. Pero se intentará narrar de la forma más normal y menos caótica posible.

Había pasado mucho tiempo en el que habían estado sin ningún problema. Dos años en paz. Disfrutando de la libertad y rehaciendo sus vidas.

Hasta ahora.

•••

Eran las 8:34 de la mañana. A esa hora ya podías escuchar perfectamente algunas personas gritando. Y aquello no era lo más extraño, siempre empezaban antes de las ocho.

Primero de todo teníamos a Ginevra Hayley Edison. Hija de dos expertos y fuertes Corredores. Que ya había aprendido a caminar hace ya más de un año. ¿Qué hacía ella todas las mañanas y a todas horas? Pues correr.

Luego, teníamos a Thomas y a Minho. Ambos se pasaban todo el día persiguiendo a la niña, a todas partes. Thomas había reñido muchas veces a Minho cuando este ataba una cuerda a su muñeca para que Ginny no escapara de su lado.

Y por último. El día de hoy no era diferente a eso. Efectivamente. Ginevra Hayley Edison se encontraba ahora mismo corriendo por todo el lugar, poniendo histéricos a sus padres por milésima vez.

Por otro lado, teníamos a Peter James Edison. Un niño con los diez años ya cumplidos. Con el cabello increíblemente largo y dorado. Representando la viva imagen de Newt, pero sacando los ojos whisky de ______. Era increíblemente atractivo. Por ende, Peter había caído en los jóvenes brazos del amor.

El niño estaba locamente enamorado de un niño que le sacaba como tres o cuatro años. Y cada vez que lo veía lo único que sabía hacer era ponerse nervioso y balbucear delante de él.

Después teníamos a sus padres. ______ y Newt. Ambos habían intentado darles consejos totalmente diferentes al niño. Por un lado, Newt le decía que fuera a por todas, y _______ le decía que esperara un poco más a cumplir más edad, o por lo menos que se enamorase de un o una niña de su edad.

Por otro lado, teníamos a todos los demás. Matt y Harry ahora tenían una relación y como símbolo de aquello, habían adoptado a un perro que encontraron abandonado. Lo habían bendecido con el nombre de Hermes.

Y, bueno. Lo demás se irá narrando a lo largo del capítulo.

[....]

—¡Cuidado! —el grito se había escuchado muy alto, tanto que hasta los que seguían durmiendo en las hamacas se habían despertado.

—¡Tíos, está descontrolado! —avisó otro chico, huyendo como el resto.

Todos los que seguían durmiendo se levantaron corriendo. Ladridos de perro se escucharon después de los gritos que los avisaban.

—¡Hermes! ¡Estate quieto! —gritó uno de sus dueños, persiguiendo al perro que ahora corría hacia las hamacas.

Los gritos se escucharon después cuando Hermes corrió y atacó las pobres hamacas a su paso. Harry, quien perseguía al perro junto a Matt, abrió los ojos sorprendido e incrédulo.

Never stop running Donde viven las historias. Descúbrelo ahora