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Advertencia: Este capítulo contiene contenido explícito. Leed bajo vuestra responsabilidad ;)

{ Cumpleaños }

- Narrador omnisciente -

2 meses después.

La noche reinaba en el Paraíso.

Las luces tenues de las pequeñas bombillas que colgaban de los pilares alrededor de las hamacas alumbraban muy poco la oscuridad.

______ dormía en una de las hamacas, acompañada de Peter, quien se aferraba a la cintura de su madre. A su lado estaba Thomas, quien tenía al otro lado a Minho, este durmiendo con Ginny. Newt dormía al otro lado de su pareja, Brenda al otro lado y Harry y Tyler seguidos de ella.

Apenas eran las 3:26 de la mañana cuando algunos despertaron abruptamente.

Unos lloriqueos bien conocidos para todos hicieron a muchos quejarse y taparse la cabeza con la almohada hasta quedarse dormidos de nuevo.

Pero parecía que Minho no estaba de ánimos para levantarse y calmar a Ginny lejos de las hamacas. Estaba tan acostumbrado a escucharla llorar que ya no le importaba, no como al resto.

—Minho, calma a tu hija —farfulló Harry, con la cara contra la almohada, aún con los ojos cerrados.

Pero el nombrado no hizo ningún caso.

—¡Minho! ¡Ginny está llorando! —exclamó Sartén, mientras los demás emitían quejidos y llamadas de atención hacia el asiático.

Cuando Minho no hizo caso, Thomas soltó un bufido, levantándose de la hamaca descalzo. Se acercó a Minho y a Ginny y miró al mayor con una fulminante mirada. Pero él solo tenía los ojos cerrados y media sonrisa pintada en la cara.

—Algún día te ahogaré con la almohada. —habló Thomas, sabiendo que lo estaba escuchando, cogiendo a Ginny en brazos.

—No te quejes, yo me levanté ayer —musitó Minho, abriendo los ojos con pereza.

—¡Yo me levanté ayer! —dijo en respuesta, apoyando a Ginny contra su pecho descansando la barbilla de la bebé sobre su hombro.

—Y no se callarán... —murmuró Nathan, con la cabeza enterrada en la almohada.

—Ah... ¡pues entonces anteayer! —se defendió, apoyándose de los codos.

—¡También fui yo! —alzó la voz de nuevo, alejándose un poco para no molestar mucho.

—¡Claro que no! ¡Pero si no sabes ni lo que has cenado anoche! —dijo, intentando defenderse, hasta que Thomas se giró a mirarlo, acariciando la espalda de Ginny.

Thomas negó con la cabeza, mirándolo fulminante. —Eres increíble. —fue lo que contestó, ahora alejándose de donde estaban todos.

Minho se volvió a acomodar en la hamaca, y miró hacia la derecha. —¿Qué? —preguntó ante la mirada de ______ y los demás.

—Thomas sin paciencia y enfadado no es algo con lo que te quieras enfrentar —habló Newt, y Minho rodó los ojos—. Te lo digo enserio, creo que deberías ir a ayudarlo.

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