Capítulo 26.

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Lunes 05/06

Joseph Joestar era un joven hombre de 29 años de gran tamaño, midiendo 1. 95 cm de altura. Si bien ya no era como tal un muchacho, pues estaba a un año de cumplir los 30 años, aún gozaba de juventud y jovialidad. Siempre poseyó una personalidad extrovertida e inquieta, la cual atraía a muchas personas y lo mantenía como el centro de atención.

Durante su adolescencia Joseph no pensó mucho en su futuro, su sueño de la infancia era ser piloto y durante muchos años esa era la respuesta que daba cuando le preguntaban acerca de la profesión a la que se dedicaría. Siendo parte de una de las familias más influyentes de Inglaterra e hijo de una de las mujeres más exitosas e influyentes del teatro americano, muchas personas tenían los ojos sobre él, curiosos por el camino que tomaría.

Al contrario de lo que muchas personas podrían pensar, su madre nunca ejerció presión sobre él y le dejó elegir con libertad lo que quería hacer, así como solía darle libertad en muchas aspectos. Cuando llegó el momento de elegir una carrera universitaria, ella le aconsejó que estudiara administración, manejándolo solo como un consejo y él terminó siguiéndolo. No era un secreto para nadie de la familia que él era muy bueno haciendo negocios, incluso si odiaba las formalidades y protocolos que se debían seguir.

La universidad podía ser considerada como una de las mejores épocas de su vida. Siendo la persona brillante que era, fue muy popular, no hubo fiesta a la que no le invitaran y gracias a que era muy astuto y poseía una gran, y muchas veces increíble, inteligencia pudo mantener un promedio muy alto. Fue a un año de terminar su carrera que su vida dio un giro completamente inesperado.

Cuando recibió la noticia de que sería padre, el impacto fue enorme, mas en ningún momento temió, al menos no por el bienestar propio, pues sí temió por el de la madre de su futuro hijo. Su madre y su familia recibieron la noticia con calma al igual que al bebé y aunque tuvo que cambiar las fiestas por los pañales y los negocios, no podía decir que le desagradaba.

La paternidad fue inesperadamente satisfactoria.

Convertirse en padre a una edad joven fue una ventaja a su parecer, ya que aunque las circunstancias no eran las ideales, criar a su hijo fue gratificante. Su hijo resultó ser un niño alegre con el que pasaba horas de diversión y con quien compartía muchos pasatiempos. Muchas personas comentaban que parecían más un par de hermanos que padre e hijo, pero él siempre se aseguraba de aclarar las cosas.

Josuke era su hijo y no dejaría que nadie pensara lo contrario.

Joseph no era ingenuo, sabía perfectamente que había tenido mucha suerte al contar con el apoyo de su madre tanto en la decisión de criar y mantener a su hijo como en su educación y por supuesto en el soporte económico. Si bien trabajar como supervisor de sus negocios nunca fue su sueño o su ideal, estaba bien con ese trabajo, aunque por supuesto no se lo diría de frente.

La vida de Joseph Joestar era buena y gratificante y él lo sabía, por lo que disfrutaba de cada mañana que podía despertar y desayunar con su hijo. Josuke comenzaba a crecer y comenzaba a adquirir una personalidad propia, una que para su sorpresa se iba alejando cada vez más de la suya y por el contrario se acercaba a la de cierta persona a quien también debía agradecerle todo su apoyo.

Obviamente tampoco es que fuera a decirle de frente en voz alta.

Joseph se dedicaría a disfrutar de la buena vida que tenía ahora con su hijo, su familia y por supuesto sus amigos.

— ¡¿Ah?! ¡¿La hija de Jotaro se mudará con él?! —.

El fuerte grito de Jean-Pierre Polnareff habría llamado la atención de no ser porque se encontraba en la oficina del gerente del restaurante donde era chef, que cabe mencionar era su esposo.

Star Kids - Jojo's Bizarre Adventure Where stories live. Discover now