Capítulo 12.

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Después de un fin de semana en familia disfrutando de la fiesta de su primo Josuke y de un tranquilo día con sus padres, Giorno debía retomar su nueva rutina e ir a la estancia infantil.

El pequeño Joestar estaba cumpliendo su segunda semana en el lugar y ya estaba completamente habituado, para él ya era normal levantarse cada mañana y que alguno de sus padres le llevara a la estancia, pasar la mañana leyendo y jugando con Narancia para luego almorzar con Mista y Fugo también era ya algo normal. Disfrutaba mucho de pasar el día en aquel lugar, todos sus compañeros eran muy agradables y los cuidadores eran muy buenos también.

La estancia infantil Bucciarati resultó ser justamente lo que sus padres estaban buscando, aunque Giorno no lo sabía. El lugar no solo le brindó la oportunidad de conocer y convivir con niños cercanos a su rango de edad, sino que también le ofreció todo un catálogo de cosas nuevas por describir. Giorno era un niño muy curioso y atento, por ello no pudo ignorar cada nueva y desconocida cosa que veía, escuchaba y probaba.

En aquel lunes se encontraban almorzando un rico y saludable platillo, uno que causaba confusión en el niño de rubios cabellos y ojos azules, el cual no podía evitar mirarlo fijamente mientras sus compañeros comían.

— ¿Pasa algo, Giorno? ¿No tienes hambre? — Le preguntó Bruno al notar que no continuaba comiendo luego de un par de mordiscos.

Mista, quien estaba sentado al lado del niño rubio, le miró curioso, recién percatándose de que no comía.

— ¿Qué pasa Giorno? ¿No te gusta la comida? —.

— No, sí me gusta, pero... — Respondió mirando con duda su plato.

— ¿Hay algo mal? — Volvió a preguntar el cuidador de cabello negro.

— Tus padres dijeron que no tenías problemas con las aceitunas — Mencionó Abbacchio. Siempre que ingresaba un nuevo niño le pedían a sus padres una lista de alergias y de comidas que no les gustaban y él sabía que a muchos niños de su edad no estaban muy familiarizados con las aceitunas.

— No, están bien, pero... — Respondió en un tono bajo que no daba mucha credibilidad.

Giorno terminó llamando la atención de todos, incluso Fugo y Narancia le miraron esperando saber cuál era su problema.

— ¿Está bien que almorcemos pizza? Mi papá y mi papi dicen que no es un almuerzo saludable — Expuso finalmente. Estaba muy sorprendido por la comida que les prepararon para ese día, pues recordaba a sus padres decir que la pizza no era saludable y por lo tanto no era un almuerzo apropiado.

— ¿Pizza? — Fugo arqueó una ceja en señal de confusión.

— ¡Jajaja! ¡Cielos, Giorno! — Mista por su parte comenzó a reír en voz muy alta.

Giorno parpadeó y miró confuso al niño del gorro, sin entender el porqué de esa reacción. Los cuidadores por su parte se miraron entre sí, Bucciarati con una sonrisa.

— Esto no es pizza — Dijo Mista al terminar de reír.

— ¿No lo es? Pero se parece mucho — Giorno estaba genuinamente sorprendido, mirando la comida en su plato.

Ese día los cuidadores les sirvieron gelatina de fresa, jugo de manzana y como plato principal dos rebanadas de lo que Giorno pensó, era pizza. Se trataba de masa con queso, tomate, aceitunas y romero, incluso tenía bordes como la pizza, la única peculiaridad era que las rebanadas no eran en forma de triángulo, sino que eran rectángulos o tiras gruesas.

— Mista dice la verdad, Giorno — Intervino Bruno, agachándose al lado del menor para poder explicarle mejor. — Esto que tenemos aquí, se llama Focaccia —.

Star Kids - Jojo's Bizarre Adventure On viuen les histories. Descobreix ara