Capítulo 6.

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Una nueva semana iniciaba y con ella nuevos días para pasarla en la estancia infantil. Esa mañana Giorno se despertó con más entusiasmo del habitual o al menos así lo percibieron sus padres. Mientras que la semana anterior fue necesario que alguno de los padres fuese a levantar al niño de la cama, este lunes el niño bajó por cuenta propia al comedor con su ropa ya puesta correctamente, dándoles los buenos días con una sonrisa mientras se sentada en su lugar en el comedor. Sus padres le dieron una mirada sorprendida y luego compartieron una entre ellos, asombrados por ver a su hijo ya preparado aunque en realidad su cabello seguía suelto y sin peinar adecuadamente.

Después de un desayuno en familia, de lavarse los dientes y de que Dio peinara el cabello de su hijo como siempre, fue hora de que todos partieran a sus respectivas actividades. Giorno se despidió de Danny, quien le respondió con un ladrido moviendo la cola alegremente, luego ya fuera de la casa el niño se despidió de su papi pues era turno de papá de llevarle a la estancia. El camino en auto fue tranquilo, no hubo mucha conversación salvo por Dio recordándole al niño que si algo ocurría o si sus compañeros le hacían algo desagradable, debía defenderse en el momento y más tarde contarselos a ellos a lo que el niño asintió y se dio por enterado. Una vez en la estancia el ritual fue el mismo de los días anteriores, su padre tocó el timbre y el señor Bucciarati salió para recibirle, se despidieron y su padre se marchó en su auto. Ya una vez dentro de la estancia dejó su mochila donde siempre y se adentró a la sala, donde Narancia le recibió con una sonrisa.

¿Va a leeme oto cueto hoy? – Preguntó el niño con aquellos ojos llenos de brillo y emoción.

– Sí – Giorno asintió sonriendo. La verdad era que disfrutaba mucho de leer para Narancia, pues desde que su tutora de lengua le enseñó a leer solo había leído para ella y un poco para sus padres, pero ninguno se emocionaba tanto como Narancia.

– ¡Chí! – Celebró estirando los brazos al aire. – ¡Voy a ecogelo! –.

Mientras Narancia elegía de entre todos los libros del lugar, Giorno le esperaba sentado en la esquina donde siempre se acomodaban para leer. Por su parte los cuidadores solo les miraban. Abbacchio no tardó en retirarse a la cocina para empezar con los preparativos para el almuerzo, Bruno se quedó en la sala un poco más y luego le siguió, por supuesto dejaron la puerta abierta para poder vigilar a los niños.

Cuando Narancia finalmente eligió el cuento del día, lo llevó con Giorno y se sentó a su lado para escucharle bien. Giorno comenzó a leer y después de eso se siguió la misma rutina que los días anteriores ya que al terminar la historia Bruno llamó a Narancia para comenzar con sus lecciones, continuando con el abecedario. Narancia estuvo renuente, protestó un poco para no seguir con la lección, pero Bruno se las arregló para mantenerlo quieto y lograr que estudiaran las tarjetas con las letras teniendo problemas con las letras R, N y S de nuevo. Durante la lección, Giorno se sentó a dibujar, pero no podía evitar prestar atención y notó con mucha curiosidad que por más que tratara, Narancia no podía pronunciar bien esas tres letras. Después de una hora de estudios, Bruno liberó a Narancia y así los dos niños volvieron a sus juegos.

Todo apuntaba a que sería un día igual a los anteriores, Fugo y Mista llegaron y todos comieron el almuerzo, luego los niños mayores hicieron su tarea y fue al terminarla que Bruno llamó la atención de todos.

– Bien, escuchenme todos, por favor – Como de costumbre llamó su atención aplaudiendo. – Preparense todos, iremos a dar un pequeño paseo –.

Los niños, quienes se encontraban jugando, reaccionaron con emoción exceptuando a Giorno quien no entendía bien lo que ocurría.

– ¿A dónde iremos? – Preguntó Fugo.

– Daremos un pequeño paseo por la calle hasta llegar a un lugar sorpresa – Respondió sonriendo.

Star Kids - Jojo's Bizarre Adventure Where stories live. Discover now