Capítulo 24.

90 21 0
                                    

Muhammad Avdol era un hombre egipcio de 30 años. Nació y se crió en Egipto hasta los 20 años, edad en la que se trasladó a los Estados Unidos para continuar con sus estudios de astrología e historia. Después de graduarse decidió quedarse en el país americano, pues no contaba con familia que le esperara en su país natal.

Poseyendo una personalidad tranquila, serena y respetuosa, no le era difícil interactuar con las personas y establecer una relación cordial con todo aquel al que conocía, por supuesto hubo un par de excepciones, pero ninguna que le importara demasiado. Durante sus años de estudios fue un estudiante destacado, especialmente en el campo de la historia, pues sus conocimientos acerca de la historia y cultura de su país fueron muy apreciados por los profesores y personas del medio, por ello después de graduarse fue contratado como asistente por uno de sus profesores.

Si bien el interés principal de Muhammad era la astrología, era un hombre multifacético gracias a las enseñanzas de su padre, quien durante su infancia le hacía saber que para ser un hombre capaz de sobrevivir en el mundo debía saber al menos un poco de cualquier tema y de cualquier campo, por ello no tuvo inconveniente en convertirse en asistente y no dedicarse a la astrología. Fue aquella filosofía arraigada en él desde pequeño, la que le hizo aceptar un trabajo temporal como consultor para una de las obras de teatro de Elizabeth Joestar, la cual se desarrollaría en el antiguo Egipto.

Muhammad no tenía experiencia en el teatro, pero la elegante y fina mujer se acercó a él gracias a que tenía conexiones en la universidad en la que trabajaba y todos sus conocidos la guiaron a él. Ella le ofreció el empleo de consultor con el fin de realizar una puesta en escena lo más realista y respetuosa posible y por supuesto aceptó y fue trabajando en ese proyecto que conoció a Joseph Joestar, el hijo y principal trabajador de su empleadora. El hombre era muy extrovertido y por ello se le acercó con un aire amistoso desde que se conocieron y por ello no pasó mucho tiempo para que entablaran una buena amistad. En aquella obra también conoció a Jean-Pierre Polnareff, quien en un par de años se convertiría en su esposo.

— Hemos llegado — Anunció una vez que el auto se detuvo por completo.

— ¿Crees que debimos haberle llamado antes? — Consultó Jean-Pierre preguntándose si su hermana ya les esperaba.

— Habría sido lo mejor, pero creo que ya es tarde —.

Jean-Pierre torció los labios pensando en que fue poco atento de su parte no darle mucho seguimiento sobre sus movimientos a su hermana. Lo único que le había dicho era que recogería temprano a su sobrino de la estancia infantil para llevarlo de paseo.

— Espero que no se moleste — Dijo mientras se bajaba del auto para recoger al niño en los asientos traseros.

Guido Mista permanecía sumido en el sueño, completamente agotado de su paseo por la feria. Había dormido durante todo el camino y lo más probable era que lo hiciera por el resto de la noche, pues ni siquiera se movió cuando su tío lo tomó en brazos.

Avdol sonrió al ver la forma tan cuidadosa con la que su esposo tomaba en brazos al niño, recordando que le sostenía de esa misma forma desde que el niño era un bebé. Siendo que el francés tenía las manos ocupadas, él se encargó de tocar la puerta del departamento. Las luces estaban encendidas por lo que era obvio que la propietaria ya se encontraba dentro.

Polnareff llegó al lado de su esposo justo cuando su hermana abría la puerta.

— Bienvenidos, comenzaba a preguntarme cuánto más demorarían – Les recibió Sherry Polnareff con una sonrisa. Se hizo a un lado para que ambos hombres pudiesen entrar y luego cerró la puerta.

— Lo siento, debí llamarte — Se disculpó el hermano mayor.

— Está bien, parece que se divirtieron mucho — Dijo enternecida al ver lo tranquilo que su hijo dormía. — Será mejor que le lleve a su habitación ¿Les gustaría algo de té? —.

Star Kids - Jojo's Bizarre Adventure Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin