Capítulo 16.

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En la casa de Elizabeth Joestar las mañanas siempre eran muy animadas, ya que había dos habitantes con una fuente interminable de energía, pero los fines de semana eran mucho más alegres aún, pues en la mayoría de ellos se contaba con la presencia de otro rayo de energía.

— ¡Está delicioso! — Exclamó Okuyasu completamente fascinado con su desayuno.

— Nos alegra mucho que te guste, cierto ¿Julietta? — La matriarca de la familia se dirigió a su cocinera, quien sonreía al ver al pequeño invitado disfrutar de su cocina.

— ¿Puedo ponerles más miel? —.

— Por supuesto, amigo, aquí tienes — Joseph le acercó el tarro de miel al menor.

Okuyasu no tardó en bañar sus panqueques con el dulce y viscoso líquido. El niño desayunaba en el que prácticamente ya era su lugar asignado en la mesa, pues siempre lo ocupaba cuando iba de visita, al lado de Josuke quien también disfrutaba de su desayuno de panqueques con crema batida.

Lisa Lisa observaba a los niños, complacida de que disfrutaran de la comida. Ella era la única en la mesa que no comía panqueques y en su lugar eligió un omelette acompañado de un poco de ensalada con tomates cherries, ya que su hijo había elegido desayunar igual que los niños.

— ¿Se la pasaron bien anoche? ¿Hasta qué película llegaron esta vez? —Preguntó Joseph con la cara ligeramente manchada de miel.

— Nos dormimos cuando la cuarta iba a la mitad — Respondió Josuke frunciendo los labios, ya que la meta que tenía con su amigo era algún día terminar de ver las 6 películas elegidas para el maratón.

— ¡Algún día terminaremos todas! — Proclamó Okuyasu.

Joseph sonrió con diversión, pues le causaba ternura la relación de amistad entre ambos niños y su comportamiento tan inocente. En su infancia tuvo pijamadas que terminaban a las 12 o incluso a las 2 am, en algunas sus amigos y él no durmieron en toda la noche y en general las pijamadas suelen ser así, los niños se las ingenian para entretenerse durante horas, pero las pijamadas de su hijo terminaban alrededor de las 11, pues ni su amigo ni él estaban acostumbrados a dormir tan tarde y preferían dormir bien para hacer más cosas divertidas al día siguiente.

— Supongo que tienen grandes planes para hoy ¿Cierto? —.

Los niños compartieron una mirada cómplice como de costumbre y luego asintieron con una sonrisa. Sabían muy bien lo que iban a hacer ese día.

— Parece que en verdad será divertido, que envidia — Joseph soltó un suspiro, cortando un trozo más de sus panqueques para metérselo en la boca y seguir comiendo.

— ¿Qué hay de ti? ¿Tienes planes para hoy? — Preguntó Elizabeth a su hijo.

— Sí, prometí que ayudaría a Suzie con la mudanza a su nuevo departamento, Caesar y ella deben estar en camino para ir a comprar algunas cosas —.

— Ya veo, asegúrate de ayudar de verdad y no retrasar los arreglos —.

— ¿Qué significa eso? — Cuestionó indignado, mirando a su madre beber tranquilamente de su té.

Mientras los adultos conversaban, los niños tenían una de sus pláticas mentales, esas donde con tan solo mirarse podían comunicarse. Aquella era una habilidad que habían comenzado a pulir hace poco.

El día de ayer los niños habían decidido poner en marcha su plan para conseguirle una novia al padre de Josuke y aunque estaban muy determinados en su misión, no sabían por dónde comenzar. La película que vieron les enseñó que es posible enamorarse en la boda de alguien más o trabajando juntos, pero no era una muy buena guía.

Star Kids - Jojo's Bizarre Adventure Where stories live. Discover now