Lu estaba mal, su piel estaba blanca y sus manos cayeron lánguidas a los lados, a la vez que ella lo hacía. Volví a su lado en la cama, a la vez que el par de chicos lo hacía y se colocaba a los costados. Revisé sus constantes vitales y me percaté de la sangre que manchaba sus vendas. Empezaba a sudar frío. Lu iba a tener que dejar que Haliee la ayudara o entonces yo la obligaría a que al menos me permitiera a mí a hacerlo.

—Hermanita...

—Lucero... —hablaron al mismo tiempo.

—Estoy bien, estaré bien —prometió ella y trató de sonreírles en agradecimiento, mientras cerraba los ojos.

Pensé que permanecería en silencio, sin embargo, estiró su mano del lado derecho, para tomar la de Raiquen, que estaba demasiado cerca.

—Lo siento, siento mucho haberte hecho eso... —dijo rota y una suave lágrima brotó de su ojo izquierdo—. Cada vez que te miro recuerdo lo que hice y no puedo dejar de sentirme una basura por haber dañado a una de las personas que más quiero.

Estaba confundida, en serio lo estaba, porque no podía creer que lo que estuviera escuchando fuera cierto. Sentía que estaba en la mitad de un enfrentamiento de pareja, pero era consciente de que Lu me había presentado a Axel y que hacía un rato había dicho que lo amaba.

—Esperen un momento, me explican en este instante que sucede entre ustedes —exigió Brennan y se levantó para mostrar con su postura que no estaba para nada contento con lo que sucedía.

—Nada que no pueda manejar por mí misma, Brennan —siseó Lu.

Su palidez contrastaba con la firmeza en su voz. Era difícil para mí relacionar a la mujer que parecía demasiado débil, incluso para respirar, con el severo tono imperativo que acababa de pedir, no de manera cortés, a Brennan que dejara las cosas así.

—De ninguna manera, Lu, de ninguna manera me estás excluyendo de esto —Negó mi amigo molesto—. ¿Cómo es eso de hacerle daño a una de las personas que más quieres? Porque puede que no me interese, pero hace unos segundos me expusiste lo apuesto y lo mucho que te ama Axel, ¿qué es lo que está pasando entre ustedes? —cuestionó y fijó su atención en las manos unidas de su hermana y Raiquen.

—Nada de lo que se están imaginando ustedes —explicó Lu, abriendo los ojos y mirándonos a su hermano y a mí. Al parecer estaba fallando en mi intento de pasar desapercibida—. Raiquen es como un hermano para mí y de lo único que no me perdono es de haberle desfigurado el rostro, ¿es suficiente información para ustedes?

Fue audible cuando Brennan tragó en seco al escuchar las palabras de su hermana, pero además de eso yo vi como el aludido agachaba el rostro y apretaba con más ímpetu la mano de una convaleciente Lu. Ella podía decir y sentir lo que quisiera, pero no estaba considerando los sentimientos de Raiquen cuando dijo que lo quería como un hermano.

Era fácil reconocer la devoción que él sentía hacía ella y apostaría cualquier cosa a que esa mirada no era la de un hermano. Esa mirada la había visto antes con mis padres y, aunque Eu Sung intentara ser indiferente a todo, podías dilucidar, con solo estar con ella y Haru en una habitación, que ella lo amaba más que a nadie en el mundo.

—No vine a escuchar tus disculpas de nuevo —replicó él, llenando el silencio que la licántropa había dejado—. Vine a exigirte que enfrentes tu miedo, porque no puedes hacer daño cada vez que lo recuerdes. Quién vive temeroso nunca será libre, Lucero.

—No sé muy bien como asimilar esto, pero sé que tengo que estar de acuerdo. No quiero sonar duro, hermana, sin embargo, de no ser por Haliee, Ilora habría quedado mucho peor de lo que tú estarás en unos días.

CDU 2 - El legado de Faedra [GRATIS]Where stories live. Discover now