Luego de la pubertad /Minimoni omegaverse

29 이십구

Estoy seguro de que el pollo estaba delicioso, de seguro nos hubiéramos deleitado comiéndolo si no nos hubiéramos distraído con algo más ...

"Alfa" susurraba Jimin debajo de mi cuando nisiquiera había comenzado a estimular su cuerpo, de todas formas estaba cerca de hacerlo, sentía su aroma ensordecerme lentamente y alejarme de mis propios sentidos. Mi lobo aullaba sin parar, quería comerlo, hacerlo mío, adueñarme de él o como quieran decirle a una marca.

  La necesidad de clavar mis colmillos en su blanquecino cuello era más ardiente que en las miles de noches que habíamos pasado juntos, quizas había sido la luna, que brillaba más que nunca por una de las ventanas de la sala de estar.

  Las prendas volaban y caían cerca del sofá que estábamos ocupando, por suerte ninguna calló sobre las románticas velas que había preparado o salió volando por la ventana que había dejado abierta aquella noche, de haber pasado ni nos hubiéramos enterado, nos hubiéramos quemado o quedado desnudos en ese sillón por siempre.

  Yo no era el único desesperado por más contacto, la entrada de Jimin ya se había humedecido por si sola, todos mis roces lo alteraban, se babi vuelto simplemente dócil para mi.

- Nam, Nam- llamó el omega poniendo una de sus manos sobre mi hombro para que le preste atención- ya porfavor, mételo.

- Sabes que no quiero lastimarte- con tranquilidad comencé a introducir dos dedos en su entrada, pero para mi sorpresa fue realmente fácil.

- Nam- lloriqueó ya desesperado volviéndome a tomar los brazos.

- Ya ya, hagámoslo como aquella ves- Bajé mi torso hasta el suyo y pase mis brazos por su espalda para levantarlo y acomodarlo sobre mi regazo, sus brazos encajaron a la perfección con mi cuello al igual que su rostro, que se ocultaba tras mi hombro y rozaba con la cadena que él mismo me había regalado en nuestra adolescencia- levanta la cadera- susurré en su oreja.

- Nam, tu puedes ... ah~- Jimin se desarmo en un gemido al sentir mi falo unirse a él junto a mi boca mordisqueando el lóbulo de su oreja.

El ritmo de las embestidas se desenvolvió naturalmente, mis manos manejaban las caderas de Jimin, yo estaba siendo mucho más cuidadoso que otras veces, no quería lastimarlo ni incomodarlo.

- ve más profundo- soltó en mi oído. La posición en la que estábamos me permitía llegar hasta el final de su canal. Claro que le obedecí, aseguré el agarre de su cadera y profundicé las estocadas hasta tocar el punto dentro de él que lo volvía loco, sus uñas se clavaron en mis hombros, ese punzante dolor me satisfacía, él lo estaba disfrutando.

Este intercambio de besos y rasguños duró unos minutos más, el clímax final se acercaba y yo solo me deleitaba con su aroma y su tacto, mi cuerpo pedía más y más a cada paso que dábamos sensorialmente, la necesidad de unirme a su piel y protegerlo por el resto de mi vida me comía vivo.

- Marcame Nam, anudame y márcame Nam- susurró en mi oído.

- Es muy apresurado- lo siguiente que sentí fueron sus pequeños colmillos de omega raspar contra mi cuello y su lengua intentando abrir un agujero en mi piel por si sola.

- Porfavor, yo también lo haré- sus caderas comenzaron a subir y bajar por si solas, me repensé unos segundos la idea de tener una pequeña marca en mi cuello y poder ver la mía en el suyo, eso fue suficiente para colocar una mano en la parte de atrás de su cabeza y otra en su cadera, casi abrazándolo, puse toda mi fuerza en esas últimas estocadas hasta sentir mis músculos y los de Jimin tensarse al mismo tiempo, mi esperma lo lleno por completo, tal como aquella ves.

Conté hasta tres en mi mente y me di coraje para clavar los colmillos en su cuello, nisiquiera sentí cuando el también me marco por lo concentrado que estaba en limpiar la sangre que brotaba de la herida.

Nuestros pechos subían y bajan al mismo tiempo, todo en nosotros se había sincronizado a la perfección, desde nuestros parpadeos hasta el palpitar de nuestro corazones, por fin estábamos en la misma sintonía.