13 십삼

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En su momento no lo supe, pero a Jimin le interesó más de lo normal el tema que le pedí que investigara. Más que intriga fue tentación, la cual no me confesó hasta el día en que mi celo llego.

Desde mi cama podía oler como se acercaba por el pasillo hecho una furia. Sus toques en la puerta del departamento podrían haber hecho un agujero en ella.

Con calma me levanté y me dirigí hasta la puerta, mentalizándome con el mantra "se racional, se coherente" una y otra ves.

- Te dije que no vinieras - hice un mínimo intento por no usar mi voz de mando, pero entre el sueño y la fatiga fue imposible.

- Alfa...- susurro Jimin al otro lado de la puerta, pegándose cada ves más a ella.

  Podía sentir lo ansioso que estaba el rubio, se contenía para no alertar a los vecinos con su aroma, respiraba agitado como si hubiera llegado desde su casa corriendo. Hasta el día de hoy no se como averiguó cuál era la fecha en la que yo entraría en celo.

- Ve a casa- Mi mano se había dirigido sola hasta el picaporte, lo sostenía con fuerza evitando abrir la puerta involuntariamente.

- Porfavor.

- Sabes que no te voy a abrir, vete antes de que..

Inhale todo el aire que pude, aunque este estuviera impregnado del peligroso aroma del omega, era como tragar ansiolíticos por montón en segundos.

- Yo te puedo ayudar, te lo prometo- la necesidad en su dulce voz era cautivadora, y si no fuera porque se me había olvidado el mantra, habría discutido un rato más.

- Te arrepentirás - advertí.

- Abre la puerta alfa.

Y obedecí. Un tipo que mide más de 1,90 y debe pesar en músculo lo que un mamut, calló rendido, otra ves, ante alguien que no mide ni la mitad que él.

  Ahora que recapitulo un poco, esto de caer rendido a él me pasa muy seguido...

Luego de la pubertad  /Minimoni omegaverseWhere stories live. Discover now