27 이십칠

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  Si. Estaba esperando sentado en el piso, con la espalda contra la puerta de entrada y el ramo entre las manos.

  Quizás estaba un tanto ansioso, mi lobo mantenía las orejas en alto para poder oír el más mínimo paso que hubiera en el pasillo.

  Ding

  ¡EL SONIDO DEL ELEVADOR! ese era Jimin, estaba seguro ¡ya había llega... oh esperen, es otro aroma, solo era un vecino.

  ... El tiempo se negaba a avanzar a la velocidad que yo quería y eso me provocó un malestar en el estómago que provocaba que mi corazón se agitara, y eso provoca que yo sudara de manera desenfrenada, y eso provocaba que ya comience a pensar en cambiarme de ropa, y eso me provocaba ansiedad, porque me gustaba mucho la cami-

Tok Tok Tok

Era el cartero? El dueño del edificio? La señora de la lavandería? Un vagabundo? ... lo olfateé y... solo era Jimin... ¡ERA JIMIN!

Maldita sea, maldita sea. No se que hacer, que pensar ¿Que hago? ¿Le abro?

- más vale idiota- mi propio lobo me había regañado.

  "Bien, lo haré, yo se que puedo, lo eh conocido a los 5 años, debería de estar más tranquilo ante esta situación ¿verdad?"- mientras daba sieves pasos hacia la puerta me detenía aún más a reflexionar.

  Tome el picaporte y abrí de par en par la puerta, de seguro había parecido un loco, o un raro, es más, quizás parecía que aún no estaba recuperado de mis sesiones.

  Detrás del marco de la puerta estaba Jimin parado, luciendo como un ángel sus mejores prendas de ropa, aún era rubio, aún era más bajo que yo, aún era delgado, aún tenía un hermoso brillo en sus ojos, aún era mi omega.

- H-hola- inicié.

- Hola- su tono parecía estar conteniendo una inmensa felicidad, sus labios se volvieron una línea y sus cachetes se inflaron.

- Tanto tiempo...

- Si, han sido un par de meses... - él ambiente era extrañamente tenso, y yo sentía que era completamente mi culpa- Sabes... no esperaba que esta noche me llama-

- Te extrañe demasiado- le echaré la culpa de este repentino comentario al aroma de Jimin.

- Yo más- y Dios me llevo junto a él.

  Los ojos de Jimin se humedecieron. Él aún no pasaba del marco de la puerta, así que de seguro algún vecino nos espiaba desde su puerta, pero eso era tan poco importante para la burbuja que habíamos creado entre nosotros dos.

- Perdón- solté sosteniendo mi propio corazón entre las manos.

- No me pidas perdón Namu- sus lágrimas caían sobre mi como clavos. Desde mi perspectiva esto era un desastre.

- ¿Qué debería hacer entonces?

- Besame.

Luego de la pubertad  /Minimoni omegaverseWhere stories live. Discover now