CAPÍTULO (66)

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CAPÍTULO SESENTA Y SEIS—
EL TORNEO DE LOS TRES MAGOS

Saltamos del carruaje y subimos la escalinata que llevaba al castillo a toda prisa, y sólo levantamos la vista cuando nos hallamos a cubierto en el interior del cavernoso vestíbulo alumbrado con antorchas y ante la majestuosa escalinata de mármol.

— ¡Caray! — exclamó Ron, sacudiendo la cabeza y poniéndolo todo perdido de agua — Si esto sigue así, va a terminar desbordándose el lago. Estoy empapado... ¡Ay! —

Un globo grande y rojo lleno de agua acababa de estallarle en la cabeza. Empapado y farfullando de indignación, Ron se tambaleó y cayó contra

Harry, al mismo tiempo que un segundo globo lleno de agua caía... pasó por el hueco que había entre Hermione y yo y estalló a los pies de Harry, y una ola de agua fría le mojó las zapatillas y, seguramente, los calcetines. A nuestro alrededor, todos chillaban y se empujaban en un intento de huir de la línea de fuego. Levanté la vista y vi, flotando a seis o siete metros por encima de nosotros, a Peeves el poltergeist, su cara, ancha y maliciosa, estaba contraída por la concentración mientras se preparaba para apuntar a un nuevo blanco.

— ¡PEEVES! — gritó una voz irritada — ¡Peeves, baja aquí AHORA MISMO! —

Acababa de entrar apresuradamente desde el Gran Comedor la profesora McGonagall, que era la subdirectora del colegio y jefa de la casa de Gryffindor.

— ¡PEEVES! ¡BAJA AQUÍ, AHORA! — bramó la profesora McGonagall, enderezando su sombrero puntiagudo y mirando hacia arriba a través de sus gafas de montura cuadrada.

— ¡No estoy haciendo nada! — contestó Peeves entre risas, arrojando un nuevo globo lleno de agua a varias chicas de quinto, que gritaron y corrieron hacia el Gran Comedor — ¿No estaban ya mojadas? ¡Esto son unos chorritos! ¡Ja, ja, ja! — y dirigió otro globo hacia un grupo de segundo curso que acababa de llegar

— ¡Llamaré al director! — gritó la profesora McGonagall — Te lo advierto, Peeves... —

Peeves le sacó la lengua, tiró al aire los últimos globos que iban directos a Hermione y yo. Antes de que pudiera reaccionar y apartarme, unas manos grandes me agarraron los brazos y me apartó, Ron apartó a Hermione y los globos estallaron en la piedra la mojada. Peeves, salió zumbando escaleras arriba, riéndose como loco.

— ¡Bueno, vamos! — ordenó bruscamente la profesora McGonagall — ¡Vamos, al Gran Comedor! —

Antes de emprender la marcha junto a mis amigos, me giré hacía la persona que había detrás mía. Pardee ante sus ojos grises brillantes y sus labios ligeramente pálidos por el frío; pasé mis ojos por su túnica y me sorprendí cuando le vi seco como si fuera hiciera un sol radiante, después me llamé tonta al ver que tenía paraguas en su manos izquierda completamente mojado.

«Debía haber traído un paraguas como él».

— ¡Helena! —

Un gritó agudo me sacó del ensimismamiento y me giré hacía donde provenía el grito. Me sobresalté cuando el cuerpo seco de Irma me abrazó.

— ¡Qué ganas tenía de volver a verte! — me chilló al oído

— Potter... — me saludó Theo extendiendo su puño para que lo chocáramos. Ada y Enzo estaban a ambos lados de éste con paraguas TODOS ELLOS, ¿por qué no pensaría en ello?

— Deja un poco para los demás — regañó Enzo a su prima y me abrazó también — Estás temblando — comentó mientras se quitaba el abrigo negro y me lo tendió por encima

— Gracias, Enzo — le sonreí

Sentí un gruñido a mi lado y cuando me giré Draco estaba alejándose hacía el Gran Comedor junto a Crabbe y Goyle.

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Where stories live. Discover now