CAPÍTULO (29)

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CAPÍTULO VEINTINUEVE—
ARAÑAS

— No me puedo creer que no nos contarás a nosotros primero lo de el Diario de Tom Riddle — decía Theo indignado

— Estáis ocupados en otros cosas —

— Da igual, nos hubieras buscado. Ya no nos quieres — se llevó una mano al pecho dramático

— Profesora McGonagall — murmuró Irma cuando casi chocamos con la mujer al intentar subir a las gradas de Slytherin

— El partido a sido suspendido — nos dijo la mujer

— ¿Pueden hacer eso? — pregunté

— No puede... —

— Silencio, Nott — le interrumpió la profesora — Usted y su compañera vayan a la torre de Slytherin — ellos asintieron y tras echarme una mirada confusa se alejaron — Potter, buscaremos a su hermano y al señor Weasley. Hay algo que debéis ver —

Comencé a seguir a la mujer que comenzaba a caminar rápido hacía la escuela. En mitad del camino, al salir del campo de Quidditch, nos encontramos a Harry y a Ron con la misma expresión confusa que la nuestra. Nos preguntamos mutuamente sí sabían lo que pasaba pero ninguno sabía, al final caíamos en una cosa. Hermione no estaba con nosotros. Con unas simples miradas que nos echamos nos entendimos y comenzamos a caminar más rápido detrás de la profesora. Llegamos a la enfermería de la escuela.

— Advierto que puede ser traumático — nos avisó la mujer

Nos adentramos más a la enfermería hasta que, detrás de la enfermera, nos encontramos a Hermione petrificada

— Hermione — murmuró Ron, acercándose detrás de Harry

— ¿Qué ha pasado? — pregunté mirándola con mis ojos llorosos

— Estaba junto a la biblioteca — me respondió la profesora — Con esto — nos enseñó un pequeño espejo de mano — ¿Les dice algo a alguno de ustedes? — nos preguntó y nosotros negamos

De vuelta a la sala común. Me encontraba con Ada, Irma y Theo en uno de los sofás: Irma encima de Theo, Adanna al lado de estos y yo en la otra esquina con mis piernas encima de la morena, quien estaba sentada como los indios. Hablábamos del trabajo de la clase de herbología, el cual debíamos entregarlo la semana que viene. Discutíamos sobre el diseño, ya que los contenidos estaban listos solo nos quedaba juntarlos y pasarlos a limpio.

En eso, nuestra charla fue interrumpida por la aparición del profesor Snape, jefe de nuestra casa. Pocas veces habíamos venido a visitarnos. Su habitación quedaba en las mazmorras, pero en la otra punta de estas.

— Presten atención — llama la atención de todos los alumnos que se encontraban en el lugar — Acontecimientos recientes exigen que estas normas se cumplan inmediatamente:... — nos avisaba arrastrando las palabras, como de costumbre — ... "Todos los alumnos estarán de vuelta en sus salas comunes a las 6:00 de la tarde" — comenzó a enumerar — "Un profesor acompañará a los alumnos hasta el aula. Sin excepciones" — cerró el pergamino entre sus manos — Y me veo obligado a comunicarles: Que si no se llegará a capturar al agresor, la escuela procederá a su clausura — dijo con seriedad y sin mostrar si una pizca de sentimiento hacía esa noticia. Se dio la vuelta y se fue mientras algunos alumnos celebraban, otros murmuran hipótesis y otros simplemente se quejaban entre sí

Yo era de las que se quejaban pero para mí. No podía volver a casa de mis tíos. Eso era un infierno. No quería volver a despertarme cada mañana por los gritos de mi tía Petunia y los golpes en la puerta, después, de Dudley. Por no hablar de lo que nos haría pasar el tío Vernon, a Harry y así, sí volviésemos a estar en esa casa los 365 días del año.

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Where stories live. Discover now