CAPÍTULO (18)

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CAPÍTULO DIECIOCHO—
EL COCHE VOLADOR

— ¿Qué diablos haces tú aquí? Vamos — no lo pensé dos veces y creí hacía él — No tienes remedio, Lena. Merodeando por el Callejón Knockturn — me regañaba — Mejor que nadie te vea por aquí. Pensarán que no tramas nada bueno —

— Me he perdido — le dije — Iba a... Un momento. ¿Qué hacías tú aquí entonces? — le interrogué

— ¿Yo? Ah, estaba... Buscaba un repelente para babosas carnívoras. Están hechando a perder las berzas de la escuela —

Seguimos caminando por el callejón hasta que una chica, poco más alta que yo apareció en mi campo de visión corriendo con una sonrisa en su rostro.

— ¡Lena! ¡Hagrid! — exclamó Hermione al vernos. Hacía tres meses que no la veía y había creído bastante, al igual que su pelo

— Hola, Hermione — le saludó el gigante

— Qué alegría volver a verte — me dijo

— Yo también me alegro de verte —

— Estás hecha un espanto — rió la niña enfrente mía Multicorfors — recitó haciendo que mi conjunto de jersey verde oscuro y pantalones beige se convirtiera en un jersey de manga larga y cuello desalabar de honor, negro, por encima de una camisa blanca junto con una falda de cuadros verdes oscuros y negros; todo acompañado por unas botas negras y mi capa de antes, pero sin polvo

— Definitivamente, tengo que recordar este — le sonreí en señal de agradecimiento

— ¿Ya está todo en orden, Lena? — me preguntó Hagrid — Pues os dejo entonces —

— Adios — le despidió Hermione

— Gracias, adios — me despedí y este se marchó camuflándose la mayor parte del cuerpo por la multitud de gente que caminaba por esa misma calle

— Vamos, están todos preocupados — me apresuró la niña cogiéndome de la mano y arrastrándome detrás de ella, hasta entrar a una librería abarrotada de personas

— Helena — me saludó Molly al verme entrar acompañada de Hermione — Esperábamos que solo te hubieras pasado un callejón — me dijo acudiéndome la túnica

— Damas y caballeros, el señor Gilderoy Lockhart — anunciaba un hombre mayor desde el mostrador

— Ahí está — murmuraba la pequeña de los Weasley mientras aplaudía con énfasis al hombre rubio que salía de dentro de la despensa de la librería. Era un hombre alto, de pelo corto rubio y con rizos, y llevaba con túnica de color azul oscuro y verde claro en el interior

— A mamá le mola — nos comentó Ron ganándose un pequeño golpe de su madre

— Dejen eso, por favor. Déjeme pasar, señora. Gracias — pidió un pequeño hombre con una cámara pasando entre nosotros — Perdona, jovencita. Soy del diario El Profeta — echó una foto al hombre detrás del mostrador y después miró con asombro hacía nuestra dirección

— No será ese Harry Potter — espetó — Y la de al lado, Helena Potter —

— Hermanos Potter — nos agarró de la túnica el fotógrafo — Disculpe, señora — nos acercó al hombre

— Amplia sonrisas, Potters. Juntos coparemos la portada — nos dijo el hombre, del cual no recordaba su hombre, atrayéndonos a Harry y a mí, cada uno a un lado — Damas y caballeros, que momento tan extraordinario. Cuando el joven Harry y Helena entraron en Flourish y Blotts esta mañana, para comprar nuestra autobiografía, El Encantador — todos en el lugar aplaudieron cuando el hombre terminó — que casualmente celebra su 27ª semana liderando la lista de más venidos de El Profeta, no tenía ni idea de que en realidad, saldría con una colección de mis obras completas totalmente gratis — enfatizó con una sonrisa de de oreja a oreja entregándole uno par de libros a Harry y otros tantos a mí. La librería volvió a estallar en aplausos enfáticos — Bien, señoras... — comunicó sentándose para empezar con la firma

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Where stories live. Discover now