CAPÍTULO (39)

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CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE —
GRYFFINDOR VS HUFFLEPUFF

Sentí mis piernas doblarse pero un cuerpo fuerte detrás mía me sujetó.

Sirius Black. Dentro del castillo. Había intentando entrar en la torre de Gryffindor. ¿Querría hacer daño a Harry? ¿Y sí lo intentaba ahora conmigo?

Las manos de Draco frotaron suavemente mis hombros temblorosos.

Dumbledore nos mandó a dormir a todos al Gran Comedor hasta que comprobaran que no hubiese rastro de Sirius Black. Draco no se apartó de mi lado hasta que tuvimos que acostarnos. Por suerte Slytherin y Gryffindor estaban al lado, así que me coloqué justo al lado de Harry, siendo nosotros y nuestros amigos la frontera entre ambas casas; Draco se había colocado al lado de Blaise Zabini, y éste al lado de Theo.

— ¿Qué hacías con Malfoy? — me preguntó Harry

— Me lo encontré en las escaleras —

No insistió más pero tampoco parecían convencerle mis palabras.

De madrugada ya solo se escuchaban los ronquidos o respiraciones calmadas de los alumnos, y los pasos y murmullos de los profesores de guardia. No podía dormir, como de costumbre.

— Ya registré la torre de Astronomía y la Lechucería. Ahí no hay nada — escuché a lo lejos la voz del conserje

— Gracias — respondió el director

— En el tercer piso tampoco hay nada — añadió el profesor Flitwick

— Ya revisé los calabozos. No hay señas de Black, ni en ningún otro lado — zanjó Snape

— No esperaba que se quedara — volvió a hablar Dumbledore

Sus pasos cada vez sonaban más cerca.

— Una proeza asombrosa, ¿no cree? — inquirió Snape — Entrar al castillo de Hogwarts solo completamente indetectado —

— Bastante asombrosa, sí —

— ¿Alguna teoría de cómo pudo haberlo logrado? —

— Muchas. Una tan improbable como la otra —

— Recuerde que antes de empezar el año yo estaba preocupado por el nombramiento del profesor Lupin... —

— Ningún profesor ayudaría a Black a entrar al castillo — le interrumpió el director muy seguro de aquella afirmación — Estoy seguro de que el castillo está a salvo. Y estoy dispuesto a mandar a los estudiantes a sus casas —

«Ni de broma. No puede mandarnos de vuelta con el tío Vernon. No tan pronto» me dije haciendo un esfuerzo por no saltar y suplicarle que no lo hiciera

— Y ¿los Potter? ¿No debemos ponerles sobre aviso? — cuestionó Snape

— Quizá. Pero por ahora, déjelos dormir. Pues en los sueños entramos en un mundo completamente nuestro — pronunció y escuché su voz demasiado cerca — Déjelos nadar en el mar mas profundo. O deslizarse sobre la nube más alta —

Tras esas palabras el sueño me venció y, a pesar de soñar toda la noche con Dementores y con Sirius Black, no me desperté ni una sola vez.

Los días fueron pasaron y no se detectaron más avistamientos de Black, por parte de nadie. El frío del otoño y del inicio del invierno se empezó a dejar notar y con ello un resfriado que por más que me abrigará siempre cogía.

Estábamos esperando a la llegada del profesor Lupin, con quien teníamos ahora clase. En lugar de él la puerta del aula se abrió y volvió a cerrar de golpe y después Snape apareció de pronto y empezó a cerrar todas y cada una de las ventanas del aula. Parecía que no pero en seguida noté como el frío se reducía un poco ante esa acción y entonces, solo entonces, me decidí a quitarme la bufanda que llevaba puesta desde la semana pasada a todas horas.

Una Potter serpiente                                            [DRACO MALFOY]Where stories live. Discover now