Si alguien le hubiese dicho a Sarah que aquella tarde iba a reencontrarse con su pasado, hubiese dudado e incluso cambiado los planes de ese día para evitar hacerlo. Por más que se convenció a sí misma que había superado los acontecimientos de hace...
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Llegó al aula donde cada tarde se encontraba con Fernanda con la diferencia de que no era ella quien se encontraba ese día. Sarah por un momento pensó que se había equivocado y ese no era el lugar, regresó incluso a ver el número de la puerta.
-Hola, debes ser Sarah.-dijo la chica volteándose.
Entonces la castaña la reconoció, era la misma que hace semanas atrás había interrumpido el beso entre la profesora y ella al tocar la puerta.
-Si. ¿La profesora Fernanda no vendrá?
-Tuvo un contratiempo, me dijo que te mecionara que demorará un par de minutos.
-Oh.-Sarah incomoda observó a todos lados, sin saber que hacer o decir.
La mirada de la otra chica no se apartaba de ella.-Entra, no te quedes allí. Por cierto, mi nombre es Martina.
-Mucho gusto.-dijo mientras tomaba asiento.
Luego de un rato Mar volvió a hablar, aunque Sarah hubiese preferido que se quedara callada.-¿Te gusta mucho o solo es un pasatiempo?
-¿Disculpe?
-Lo sé todo, entre Fernanda y tú. Así que, ¿te gusta o es pasatiempo?
-No creo que deba responderle eso a usted.
-Así que si te gusta.
Sarah frunció el ceño.-No he...-suspiró frustrada.-No estaría frecuentándola si no me gustara.
Mar sonrió.-Lo imagino, Fernanda no ha tenido suerte en eso del amor, espero que esta vez sea diferente contigo, aunque deben tener cuidado, ya sabes.
-¿De qué hablan?-la rubia ingresó al aula observando a ambas con asombro.-¿O acerca de quien hablan?
-Metiche.-respondió Mar.-Yo ya me iba. Hablamos luego y me cuentas qué pasó.
-¿Qué pasó de qué?-Sarah estaba perdiéndose de algo.
-Hey, guapa.-dijo Fernanda, una vez Martina salió del aula.-¿No me vas a saludar.
La castaña sonrió de lado.-Hola, ¿sucedió algo?
La profesora negó.-Me hice unos exámenes, no me he sentido bien estos días.
-No me habías comentado nada.
-Es sin importancia.-agarró su mano y la atrajo hacia ella.-Salúdame bien.
Sarah acarició su rostro con sus manos y observó su mirada, Fernanda la volvía loca de todas las maneras posibles, pero sabía que estaba evadiendo el tema.-primero dime qué sucede, ¿estás bien?
La profesora rodó los ojos.-Estoy bien, solo es dolor de cabeza, un migraña tal vez. Ahora bésame.
