Si alguien le hubiese dicho a Sarah que aquella tarde iba a reencontrarse con su pasado, hubiese dudado e incluso cambiado los planes de ese día para evitar hacerlo. Por más que se convenció a sí misma que había superado los acontecimientos de hace...
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Una semana después del acercamiento de ella y Sarah, las cosas en la mente de Fernanda se encontraban confundidas como siempre, por un lado, quería ir corriendo a hablarle y por otro prefería tener una actitud indiferente, aunque claramente no era nada indiferente a ella, no la había visto por el kínder en esos días, y la realidad era que moría por verla, por sentirla cerca, por escucharla hablar así sea para mandarla al diablo. Se le dibujó una sonrisa en el rostro al recordar el incidente de la ultima vez cuando le ocultó la escalera solo por hacer que se suba a sus hombros, había sido un tanto arriesgado y no le gustó aquello, ¿pero que podía hacer? Tenerla cerca hacía que se le nublara la razón. Y ese beso que no se dio... ese beso que estuvo tan cerca de ser materializado y a la final se esfumó. Se puso las manos en el rostro, todo lo que sucedía ahora era su culpa, por no haber sido sincera con Sarah en su momento.
Se abrazó a si misma mientras se acercaba a la ventana y veía los autos pasar en medio de la lluvia, había caído una lluvia torrencial de la nada, y los truenos la hacían sobre saltar de vez en cuando. No le gustaban los días lluviosos, la ponían nostálgica y la hacían sentir sola, no era bueno para ella cuando esas dos cosas se juntaban y hacían que comience a sobrepensar.
En un intento de alejarse de sus pensamientos y distraerse con otra cosa, encendió la televisión y el canal de las noticias salió de primera, estaban informando acerca de la tormenta que se había presentado de la nada, iba a cambiar cuando tomas de la calle de la casa de Sarah se presentaron. Parecía una broma del destino, parecía una fantasía, de tantos sitios enfocaban ¿ese? Pero ¿Qué clase de hazaña malévola era esa para no dejar a su mente en paz? O quizás ya estaba delirando. La noticia siguió transmitiéndose y puso atención, había ocurrido un robo armado en el sitio, y según informaban había gente fallecida. La sangre se le fue a los pies, eso no podía ser cierto. Agarro su celular, y los mensajes en el grupo de padres de familia comenzaron a llegar, la noticia era cierta, no estaba alucinando, estaba pasando en realidad, Sarah y Cielo habían estado en peligro y no se sabía nada de ellas.
Caminó de un lado a otro, sin saber qué hacer y sin pensarlo más salió de la casa con el pijama que cargaba puesto, sin ni siquiera agarrar un paraguas para protegerse de la lluvia se subió al auto y condujo hasta la casa de Sarah, desesperada y rogando que ellas se encontraran bien.
-Por favor, que no les haya pasado nada, por favor. -sintió que las lágrimas se presentaban en sus ojos, respiró y trató de tranquilizarse. El tráfico estaba terrible, parecía que todos conspiraban para que ella no pudiera llegar a tiempo y cada vez se desesperaba más, sentía que le faltaba el aire.
Un par de minutos después llegó, las cámaras aún se encontraban en el sitio, casas mas adelante así también como el equipo de criminalística. Con mucho miedo bajó del auto, sentía que el mundo temblaba debajo de sus pies, no podía acercarse a la zona de los cuerpos ya que estaba acordonada, así que fue directamente a la casa de Sarah y con sus manos frías tocó la puerta desesperada. No salía nadie, no se escuchaba nada, su ansiedad se estaba haciendo presente. Se frotó el rostro con las manos cuando las lágrimas comenzaban a rodar y las gotas de lluvia caían con mas fuerza encima de ella. Iba a arrimarse a la puerta cuando esta se abrió.
