La espero en la 106.

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El lunes en la mañana se presentó en la universidad como cualquier otro día, había evitado hablar con Fernanda aunque tampoco tenía mucha oportunidad de tocar algún tema de conversación con ella, no tenía ni siquiera su número de teléfono para con...

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El lunes en la mañana se presentó en la universidad como cualquier otro día, había evitado hablar con Fernanda aunque tampoco tenía mucha oportunidad de tocar algún tema de conversación con ella, no tenía ni siquiera su número de teléfono para contactarla durante el fin de semana, y aunque hubiese tenido la manera de conseguirlo así como había hecho con su dirección, no lo hizo, lo cierto era que la estaba evitando.

No sabía si había hecho bien al ir, a pesar de que no se arrepentía de haberla besado, podría asegurar que nadie la había besado nunca así, lo que vio después la había hecho salir casi corriendo con el corazón encogido. Todo fue en el pequeño instante que Fernanda observó su celular, con el beso aun quemándole los labios y las emociones a flor de piel, levantó la mirada a algo que llamó mucho su atención, un portarretrato casi oculto detrás de un florero de una de las mesas de la sala, mostraba la imagen de una rubia y una morocha, la rubia era Fernanda pero ¿y la otra persona? La fotografía las mostraba muy sonrientes y sintiéndose confundida por lo que acaba de ver, se percató que nunca le preguntó a Fernanda por su situación amorosa. No quiso saber nada y con una despedida rápida salió del lugar, obligándose a si misma a olvidar ese beso, que la estaba atormentando incluso mientras dormía.

Leah como siempre comenzó a atormentarla con preguntas durante todo el trayecto al aula.

-¿Por qué tienes esa cara hoy?

La observó de reojo. -Es mi cara de todos los días.

-Claro que no. No me hablaste en todo el fin de semana, ¿Qué pasó? Me dijiste que irías donde la profesora Fernanda, incluso te ayudé con su dirección y luego de eso, nada.

-Si fui.

La otra chica la observó haciéndole señas para que le cuente mas detalles.

-Nada. -prefirió omitir lo ocurrido hasta tener un panorama mas claro. -No pasó nada, me dijo que ya iba a chequear.

Leah frunció el ceño, pero no preguntó más porque ya habían llegado al aula y el profesor se encontraba presente. Las horas siguientes fueron estresantes para Sarah que lo que menos quería era estar escuchando otra cosa que no sean sus propios pensamientos.

El momento llegó, la hora de clase con Fernanda, llegó con un par de minutos de retraso y con su aire de superioridad que nunca lo dejaba, entró al aula, saludando a todos y deteniéndose un par de segundos en la mirada de Sarah, que en lugar de sostenérsela prefirió evitarla.

La rubia ahora de mal humor y confundida por lo que estaba pasando, dejó los libros sobre el escritorio con fuerza, algo que ni siquiera inmutó a la castaña.

-Saquen una hoja.

El murmullo comenzó a hacerse presente en el aula.

-¿Qué? ¿No han escuchado? Pedí que todos saquen una hoja, no que comenzaran a hablar. -frunció el ceño.

Ramé ©Where stories live. Discover now