¿Qué sugiere?

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A regañadientes se levantó ese día para dirigirse a la universidad, y su cara de pocos amigos aseguraban que no quería que nadie se le acerque en lo que iba del día

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A regañadientes se levantó ese día para dirigirse a la universidad, y su cara de pocos amigos aseguraban que no quería que nadie se le acerque en lo que iba del día. No había dormido nada la noche anterior por una estúpida tarea de cálculo enviada por una profesora que aun no conocía pero tenía por seguro que iba a odiarla, ¿a quien se le ocurre enviar una tarea a un grupo de alumnos con los cuales ni siquiera había tenido una clase? Realmente era muy idiota para hacer tonterías como esa.

Se sentó en su pupitre y esperó a que la sala se llenara, Isabella seguida de Leah entraron y fueron hasta su mesa.

-No nos levantamos de buen ánimo por lo que veo.-dijo Leah sentándose delante de ella y dejando su bolso en el piso.

-¿Y quien lo haría? Esa tarea estaba interminable, realmente la maestra nueva es un ser insoportable, la odio sin conocerla a esa bruja.-respondió rodando los ojos.

-¿Sería tan amable de repetir eso, señorita?-una voz femenina la sacó de la conversación con sus compañeras y si hubiese podido hacer un hoyo en la tierra para enterrarse allí, sin duda lo hubiera hecho.-¿Cuál es su nombre?-preguntó con sus ojos avellana fijos en ella y el gesto serio, tenía un bolso colgando de su hombro y libros en sus manos. Era la profesora, sin dudas.

La castaña que ahora sentía las mejillas completamente rojas de la vergüenza, respondió desde su asiento.-Sarah Kane.

-Muy bien, señorita Kane, es un gusto.-respondió con una sonrisa burlona y sarcástica en el rostro.

Dio media vuelta y dejo sus cosas encima del escritorio, cuando todos estaban perfectamente sentados en su sitio, se presentó.-En realidad es un gusto conocerlos a todos ustedes, este ser insoportable y ¿Qué más? ¿bruja? tiene nombre.-dirigió su mirada a Sarah.-Es Fernanda Mills. Espero que lo utilicen la próxima vez que quieran hablar acerca de mi.-concluyendo eso quitó su mirada de Sarah.- El día de hoy por ser la primera clase me dedicaré a revisar sus tareas y sus apuntes.

La inconformidad de los alumnos se hizo notar por medio de los susurros y las quejas.

-No creo que a estas alturas del semestre aún no tengan apuntes de la materia que estaba impartiendo mi compañero. -observó a toda la clase con el ceño fruncido. - Así que, conforme los llamo, se acercan.

Sarah estaba perdida, no solo la maestra había escuchado su queja, sino que también iba a revisar los apuntes de una materia que odiaba, que casi siempre faltaba y que además tenía las notas bajas. Vio el reloj de la pared, era imposible que no la nombrara, tenía tiempo suficiente. Quitó la mirada del reloj y la observó, era una mujer guapísima de eso estaba segura, tenía unas cejas perfectas, el maquillaje natural y el cabello liso rubio, su piel blanca se veía muy tersa, recorrió con su mirada su cuerpo y cuando se topó con su rostro, se sonrojó, Fernanda se había dado cuenta de todo el análisis que le llevaba haciendo durante no sabía cuánto tiempo. La profesora arqueó la ceja confundida y Sarah desvió la mirada. Ese día no podía ser peor.

Ramé ©Where stories live. Discover now