En donde el único sueño más poderoso que Jimin tiene es el maquillaje.
Base, corrector, máscara de pestañas.
Un maquillaje natural.
Y en donde Jeon Jungkook es uno de los mejores empresarios de toda corea amante del maquillaje en secreto.
Daría mied...
Un nuevo día se había presentado, los hermosos colores del cielo lo hacían ver tan majestuoso, en un departamento de uno de los barrios más caros de Seúl se encontraba Seok Jin durmiendo tranquilamente, comenzó a despertar despacio y cuando lo hizo sonrió mirando a su alrededor... ¿por qué estaba en otra habitación? No se parecía a la de Jimin...
—¿Uh?.—Miró curioso todo a su alrededor.
Tampoco tenía el color de la habitación de Jimin o la de invitados... ¿por qué había un candelabro tan bonito? ¿Cuándo lo había comprado? Muchas preguntas vinieron a su cabeza, fue entonces cuando abrió sus ojos de golpe y se levantó de la cama rápido, ¿dónde se encontraba? ¡¿Qué había pasado?!
—Dios mío...—Comenzó a buscar sus sandalias y cuando encontró unas grandes corrió hacia afuera.
Al abrir la puerta se se percató de la presencia de Kim Namjoon quien venía con una bandeja de madera y un vaso de agua con una pastilla.
—Hola buenos días... te traje una pastilla para el dolor de cabeza que seguramente tendrás por la resaca.—Dijo el moreno preocupado.
—¿P-Por qué estoy aquí? ¿Q-Qué fue lo qué pasó?.—Preguntó totalmente sorprendido.
—Pues... tal vez te pasaste un poco de copas y terminaste totalmente borracho, te quería llevar a tu casa pero me dijiste que no querías ir ahí... lloraste pidiéndome venir conmigo.—Mencionó algo avergonzado el pelinegro.
¡No! Que maldita vergüenza, o sea, Jin era una bestia pasado de copas, o quería coger o se ponía a llorar como en esa ocasión, la verdad no recordaba mucho y le importaba poco, lo que si, es que agradecía que estuviera aquí con el guapo del secretario Kim.
—Lamento mucho causarte molestias...—Se disculpó Jin luciendo tímido cuando de repente se quejó por un dolor de cabeza horrible.
—Para nada, fue divertido verte. Toma tu pastilla.—Le indicó Namjoon.
Fue entonces cuando Jin lo hizo, tomó la pastilla y bebió un poco de agua tragándola, poco después observó a Nam sonriendo feliz.
Bien dicen... que aquellas bonitas relaciones no siempre empiezan por un cliché de chocar por cosa del destino si no, que uno decide exactamente cómo quiere que eso se desarrolle a lo largo del tiempo, de ti dependía darlo todo... y conseguir aquello que anhelabas con el alma.
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Se escuchaba a lo lejos el sonido de los pájaros volar entre los árboles verdes colosales de la mansión, una iluminación pequeña entró por entre la gran ventana de cristal iluminando todo, Jeon Alex ya se había despertado y ahora estaba abrazando a su esposa con cariño.
—Buenos días mi amor...—Dijo el señor dándole suaves besos a Sowon en el rostro.
—Alex... buenos días.—Ella sonrió feliz cerrando sus ojos.
