En donde el único sueño más poderoso que Jimin tiene es el maquillaje.
Base, corrector, máscara de pestañas.
Un maquillaje natural.
Y en donde Jeon Jungkook es uno de los mejores empresarios de toda corea amante del maquillaje en secreto.
Daría mied...
Se quejó por quien sabe cuanta vez en el día, aventó la maleta adentro de su habitación y se sentó en el suelo, Londres era hermoso pero ¡que frío! Por eso mejor se regresó, se dio cuenta que ese lugar no era para él así que bueno, no había de otra más que regresar a Corea, lo hizo por su dolor de espalda, el frío le estaba afectando mucho, le gustaba pero también lo odiaba.
Fue al refrigerador y notó que no había nada de comer, eso lo confundió un poco ¿Tan metido estaba Jimin en su trabajo como para no venir a comer? Además ¿por qué la señora Gim no estaba? Seok Jin miró con intriga todo el panorama, sacó su teléfono y observó la hora... eran las 10 de la noche ¿dónde mierda estaba su niño? Joder, el rubio era un hombre y era consiente de eso, ya estaba grande para cuidarse solo pero al menos una llamadita para saber donde andaba ¿no?.
—Ay Jimin...—El castaño sintió cómo abajo algo se frotaba en su pierna, desvió rápido la mirada dándose cuenta de quien se trataba.—Hola Dimash ¿sabes a dónde se fue Mochi?.—Le preguntó agachándose cargándolo.
El gatito movió su cabeza queriendo más contacto, comenzó a ronronear enredando su colita peluda en uno de los brazos de Seok.
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—Te toca baño.—Mencionó el castaño abrazándolo mejor.
Fue entonces cuando el gato comenzó a moverse desesperado queriendo que lo soltara, Jin comenzó a gritar mientras el felino maullaba.
—¡No Dimash! ¡No me rasguñes! ¡Te tienes que bañar puercote! Cómo para andar de novio si eres bueno pero para que te bañe no.—Dijo amenazante.
Dimash chilló retorciéndose hasta finalmente hacer que el joven lo soltara, corrió en sus cuatro patas escapando de Seok quien lo estaba persiguiendo por toda la casa cuando de repente el timbre fue tocado, Jin bufó enojado y a regañadientes emprendió su camino hacia la puerta para ver de quién se trataba.
—¿Quién putas es? ¡No hay nadie en la casa, lárguese y váyase por donde vino!.—Gritó furioso hacia la máquina.
Estuvo a punto de irse cuando de pronto el timbre volvió a sonar logrando que Jin pusiera sus ojos en blanco, apretó sus dientes y después abrió la puerta, iba a correr a patas a la persona que lo estaba molestando, le importaba tres hectáreas de verga de quien se tratara, todos podían irse a la mierda.
Abrió su boca al mismo tiempo en que jalaba la puerta, estaba a punto de lanzar sus mejores insultos cuando de repente observó hacia arriba encontrándose... con un dios griego.
—Disculpe las molestias, he venido a traerle el informe de Jensan a Park Jimin... es muy urgente que lo vea.—Habló Kim Namjoon con una voz ronca.
La expresión de Seok Jin cambió enseguida cuando se percató del chico moreno, rápidamente sonrió mirándolo y asintió con su cabeza.
—¡Ay! Por supuesto que si solo que mi pequeño no está en casa pero no te preocupes yo se lo entrego.—Contestó amablemente.
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