↳ Pueblo [🌻]

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Neteyam admiraba el cielo con tranquilidad y una ligera sonrisa, disfrutando el paseo entre los árboles y las pequeñas sombras que dejaban las hojas por doquier

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Neteyam admiraba el cielo con tranquilidad y una ligera sonrisa, disfrutando el paseo entre los árboles y las pequeñas sombras que dejaban las hojas por doquier.

Era lindo estar afuera y que nada estuviese atacandolos

── ¿amaneciste contento hoy también? ── consultó saber Ao'nung, antes de que mirara en su dirección. Allí estaba su novio, caminando a pie con las riendas de su caballo a mano. Puesto que hace rato desde que amaneció, había decidido que le apetecía caminar ── esa sonrisa a estado contigo desde que te levantaste ayer ── pronunció, mirándole de reojo cada vez.

Neteyam se acomodó el sombrero ante aquello, sin borrar su sonrisa o dejar de admirar el camino, dejando a degustación de sus ojitos a su pareja y el ancho de su espalda, o su perfil. Condecorandose sus colores con las sombras creadas por los árboles y el sol.

¿Cómo no levantarse con una sonrisa cuando había alguien tan atractivo despertando a su lado?

Intentó abrir la boca para decirle algo al respecto, siendo interrumpido por el agitamiento de los caballos o el freno del vehículo de su padre tan repentino, anunciandose por el grito de uno de quienes les acompañaban, que habían caminantes al frente, bloqueando el sendero.

"Yo me encargo" anunciaba su padre, saliendo del vehículo, portando a mano un arma que por suerte, tenía preparada con silenciador, empezando a eliminar a los caminantes uno por uno desde su posición tras la puerta de la camioneta.

Se quedó mirando aquello durante un rato, antes de sorprenderse y sentir curiosidad sobre cierta mano que se posó sobre su rodilla, presionando con levedad. Al mirar... ahí estaba Ao'nung, manteniéndose cerquita suyo en una forma protectora que le hizo calentar el corazón, enternecido. Le preocupaba y se notaba.

Tan lindo

Apoyo su mano libre sobre la de este con cuidado y cariño, acariciando el dorso de la misma en señal de querer hacerle saber que estaba y estaría bien. No había de que preocuparse. Eran pocos caminantes y sabía defenderse perfectamente, incluso en un combate cuerpo a cuerpo, siendo lo que más se le complicaba de enfrentar a los muertos u otras personas.

Tras aquel momento (y apartándose del camino a los muertos al arrastrarlos lejos del camino), pudieron seguir su avanzada por Georgia, dejando a la suerte lo que fueran a encontrarse más allá de su andar, esperando, que no hubiesen más muertos, o que al menos fueran cantidades fáciles de controlar.

Así avanzaron hasta el pueblo más cercano y posiblemente tranquilo de la ruta, yéndose las horas del día con rapidez.

Avanzaron desde las 7 am hasta las 3 de la tarde, hasta un lugar donde quedar en un pueblo de Georgia con casas aparentemente vacías y olvidadas, con muros por doquier y casas hermosas donde se podían hospedar durante una media hora de descanso.

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