What's Left

↳ Gasolina [🌻]

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Neteyam se encontraba sentado, mirando sin ganas ni motivación alguna el como las 2 o 3 mujeres que habían en aquel grupo, preparaban algo de comer, estando Tsireya revisandole en lugar de ayudar, frustrada probablemente... como él.

── Reya, hermano ── fue a acercarse Kiri con un plato de alimentos que dejó a un costado suyo. Él no pensaba dar ni medio bocado sin respuestas.

── Kiri ── pronunció para llamar la atención de su hermanita, logrando tomarle del brazo y que se detuviese ── tenemos que hablar sobre ese tipo ── murmuró, notando como Kiri le tornaba la mirada, mirándole de reojo nada más.

── ¿que quieres saber exactamente? ── cuestionó está, soltandose de su agarre sin brusquedad alguna, posandose a verle de frente ── se que Dereck no parece el mejor partidos para líder, pero... ── fue a murmurar, arrugando el ceño un poco y mostrando inseguridad en el hablar, teniendo algo ahí.

── no es que lo parezca o no. Es que en definitiva no lo es ── exclamó con queja, apretando un poco su mano contra su rodilla, estresado con el tema ── tiene que haber alguna razón para que Lo'ak y tu sigan a ese idiota. Porque no me voy a creer que lo sigan porque si o por agrado ── soltó, analizandole con la mirada en busca de respuesta, obteniendo un resoplido frustrado y un ligero encogimiento de hombros.

Su hermana, solo en ese entonces pareció quesquebrajarse con clara duda, posandose en frente suya hasta agacharse, apoyando ambas manos sobre su rodilla libre y mirándole desde allí, viéndose en la disposición de hablar.

── Dereck, él... ── intentó explicar, vacilando mucho en mantenerle la mirada ── salvo a Lo'ak un día o dos después de que saliéramos de Tennessee. ¿Entiendes?, y nos hemos mantenido a salvo con él y su grupo. Hasta el momento ── terminó de decir, arrugando aún más su expresión.

Neteyam entendía que siguieran a alguien que los haya mantenido con vida. Pero aún así, y sabiendo por suposición propia lo maldito que se veía el de ojos tóxico, sus hermanos ya deberían de haberse alejado del tipo, hace días.

──  ¿lo salvó de que? ── cuestionó, mirándole con desconfianza al respecto ── ¿De los muertos? ── preguntó dudoso, notando que esta negaba al respecto.

── de unos saqueadores ── explicó, antes de ponerse de pie nuevamente y palmearle en la pierna, pareciendo que se pensaba alejar ── come y luego ve a dormir un poco. Tienes ojeras, y necesitas descansar ── le aconsejó, tomándole de la mejilla con claro cariño. No pudo rechazar ese contacto ── y está vez, dormir enserio ── señaló,  antes de alejarse y dejarle quejándose al respecto. Probablemente se dio cuenta que durante la noche, no durmió nada.

── tú hermana tiene razón, deberías comer y descansar. Mientras se puede ── murmuró Tsireya a un lado suyo, tomando el plato de comida para dejárselo a mano, por lo que tuvo que tomarlo a malas ganas, agradeciéndole ── y sobre ese tipo. Bueno, creo que llevamos la misma opinión ── procedió a decir, mientras que él se disponía a picar con un tenedor la comida ofrecida, desinteresado de la misma ── no me agrada ni un poco ── expresó entre murmullos, siendo que al parecer... La mujer que no conocía y que estaba allí con ellos del grupo, les miraba. Y de forma muy extraña y sospechosa ── espero que mi hermano este bien ── dejo escapar por lo bajo, susurrando. Se mostraba impasible al respecto de la salida de todos los hombres del lugar (menos él).

── confía en que lo estará. Tu hermano podrá no ser el mejor sobreviviendo en este mundo, pero... tiene suerte ── murmuró, recordando durante su viaje con Ao'nung la tremenda buena suerte que este siempre tenía. Ya sea para encontrar caminos despejados, comida, lugares de descanso, agua... y personas, como él ── mucha suerte ── terminó de decir, antes de probar bocado de su platillo. Insípido con toque a Kiri en nutrientes.

Como había extrañado las comidas cargadas de vitaminas de su hermanita

Se dispusó a comer sin demasiada charla, escuchando un poco a Tsireya hablarle sobre Ao'nung, contandole la misma sobre algunas cosas del pasado de este que le parecían divertidas, y que le sacaron un par de sonrisas al poderlas imaginar.

Era lindo al menos el saber un poco más sobre la persona que había estado acompañando en aquel apocalipsis, y de la cual ya había tomado cariño.

Poco después de terminar su comida, pudo irse a dormir un poco, teniendo a promesa de Tsireya que está en definitiva le despertaría en caso de que sucediese algo, ya sea que llegarán los demás devuelta u algún incidente recurrente e inesperado, si es que llegase a ocurrir.

Se recostó justo en la tienda donde pasó la noche del día anterior, admirando con un poco de agobio el lugar donde durmió también Ao'nung, cerca suya... no muy cerca, pero tampoco muy lejos.

Más le valía a ese tontito de ojos azules volver en una pieza. Porque estaba apostandole todo a que esa buena suerte suya le sirviera, todo el tiempo.

── más te vale cuidar de él, Lo'ak ── murmuró para si mismo, acostandose y mirando al techo con ese pesar de no haber ido con ellos. No acostumbraba para nada el descansar cuando estaba herido, como por lo mismo, no estaba acostumbrado a estar así de herido como lo estaba en aquel momento.

Ojala su tonta herida sanará de una buena vez por todas, para que le dejase de impedir el hacer cosas. Odiaba estar quieto.

Intento relajarse y cerrar los ojos múltiples veces tras aquellos pensamientos, soltando quejido tras quejido al no encontrar el supuesto descanso que debía buscar, removiendose en su sitio de forma insistente.

── maldita sea ── gruñó, antes de ir a acomodar las mantas y mirar de reojo la tienda donde estaba, notando en ella algo que la noche anterior, no pudo notar.

Gasolina

Muchos, muchísimos galones de Gasolina

¿De donde demonios...? ¿Cómo era que tenía tanto combustible?

¿Y para que? 

Neteyam tomó asiento, quedándose a admirar todos esos galones con curiosidad y sin moverse de su puesto, analítico, centrado.

Eran un grupo considerablemente pequeño. No había muchos autos que parecieran estar en funcionamiento u uso allí fuera, y en definitiva, no todos llevaban un vehículo al irse. A la vez... era tonto y hasta imposible, que un grupo así de pequeño y "tranquilo", tuviese tiempo suficiente como para recolectar todo eso. Mucho menos iban a necesitarlo... si no era que se la pasarían conduciendo los 365 dias del año sin parar.

Algo en definitiva con aquel grupo (y con su líder)

Estaba terriblemente mal

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