── ¿y crees poder encontrarlos alguna vez? ── preguntó, insitando el habla a quien estaba a la par suya, buscando su reacción.
── no creo en ello, solo... Tengo que hacerlo ── respondió, antes de que continuarán con su camino, siendo incierto su de...
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Ao'nung admiraba a su alrededor con nerviosismo e inseguridad, estando inquieto ante una habitación tan blanca y limpia como lo era aquella, después de haberse acostumbrado al caos afuera y la destrucción.
Se sentía tan fuera de lugar allí
Miró hacia la camilla donde descansaba el moreno herido con inquietud y preocupación por el mismo debido a su palidez, hasta que alguien abrió las puertas del cuarto, llamando su atención y provocándole el ponerse de pie, alerta a cualquier noticia.
Pasó un momento antes de que se asomara una chica que muy bien conocía él, sacándole una sonrisa y tremendas ganas de llorar.
── Reya... ── saludó, dando paso hacia la misma hasta que ambos se vieron abrazándose con fuerza, la había extrañado muchísimo ── estás bien ── murmuró con felicidad y la voz rota, queriendo llorar de alegría.
── bendito sea Dios ── exclamó esta, apretujandole con fuerza antes de alejarse, tomándole el rostro ── vi que bombardearon nuestra ciudad. ¿Donde esta papá?, ¿y quien es él? ── empezó a cuestionar con clara preocupación, señalando hacia Neteyam poco después.
── no sé... no sé nada de papá desde el día del estallido ── explicó con malestar ante lo mismo, tomando las manos de su hermana ── ¿Kiri y Lo'ak Sully han estado contigo?, ¿donde están mamá y yumiko? ── empezó a preguntar, mirándole atentó y con la esperanza de ver a cada uno de los mencionados, tanto por Neteyam como por él.
── ¿Kiri y Lo'ak? ── pronunció esta con agobio, negando lentamente y trayendole remordimiento ── estaban en la conferencia hace días pero... los perdimos de vista cuando todos empezaron a enloquecer y enfermar ── prosiguió a explicar, dejándole con cierta presión encima ── Yumiko y mamá están en los laboratorios de bioquímica. Mamá intenta... crear alguna vacuna para todo esto ── terminó de decir, agachando la mirada poco después.
Seguro debía ser igual de pesado para ella toda la situación que había allí fuera
No le quedó de otra más que suspirar y apretar las manos de esta entre las suyas con levedad, soltandole poco después tras calmar su agobio repentino.
Estaba agotado
── ¿cuando podre verlos? ── preguntó, queriendo que lo dejarán salir de esa habitación, queriendo ver al resto de su familia aunque faltase todavía su papá, del cual no sabía nada.
Tsireya pareció tomar un poco de aire con intenciones de responderle ante alguna pesadez que le causaba la misma cuestión, teniendo que detenerse una vez escucharon ligeros quejidos a espaldas suya.
── Teyam ── nombró, antes de girarse y ver que el moreno había despertado, viéndose adolorido. Gracias al cielo ── bienvenido devuelta ── murmuró con una ligera sonrisa, acercándose hasta un lado del mismo, seguido de Tsireya, quien se detuvo a los pies de la camilla para verlos a ambos.
── ¿donde estamos?... ── consultó, notandosele aturdido y resentido, llevando una mueca de dolor ── los soldados ── fue a reaccionar, pareciendo planear el ir a sentarse, cosa que no dudo en evitar al tomarle de los hombros, haciéndole quedarse recostado ── porque- ¿Quién...?. ¿Tsireya? ── señaló confundido hacia su hermanita, empezando a relajarse un poco.
── así es, es ella ── asintió, antes de soltarle lentamente los ojos, procurando que no se fuera a levantar ── Reya, por si no lo conocías. Te presento a Neteyam Sully ── pronunció, presentando al moreno hacia su hermana.
── ¿eres el hermano mayor de Lo'ak y Kiri? ── preguntó está con sorpresa, señalandole ── pero creí que- ── fue a decir, antes de que se asotaran las puertas y se dieran paso unos cuantos militares a la habitación, dejándole completamente tenso cada
── por favor, quédense tranquilos ── habló un soldado con mascarilla no mucho después, pasando por entre los demás acercandose a ellos ── tenemos que seguir el protocolo y revisar que no traigan el virus con ustedes, por favor procedan a quitarse ropa, zapatos o calcetines ── prosiguió a decir, a lo cual miró de reojo a su hermana, un tanto inquieto.
Reya tan solo se encogió de hombros en su sitio y se apartó un poco, dándole a entender que por incómodo que fuese aquello, era algo normal en ese lugar.
Resopló un tanto incómodo y accedió sin mucha riña u queja a la petición militar del protocolo, yendo a sacarse su abrigo todo sucio y grasoso de gasolina todavía, aliviandole un tanto el quitárselo de encima.
Cuando fue a sacarse su camisa de encima se quedó viendo hacia el morenito con curiosidad, notando que este no se había movido en lo absoluto de su sitio, encontrándose increíblemente tenso.
── ¿Teyam? ── llamó a su atención, soltando los bordes de su propia ropa ── ¿necesitas ayuda? ── preguntó con preocupación, puesto que el otro estaba herido y seguramente se le podría complicar mucho eso de sacarse la ropa.
── no pienso sacarme la ropa ── soltó poco después, sonando tosco e inaccesible ── quiero ver a mis hermanos, ahora ── exigió, apretando las sábanas entre sus manos enguantadas, más y más tenso.
── el protocolo es estricto y no puede ser violentado, por la seguridad de todos los civiles en las instalaciones ── exclamó con rectitud un soldado, antes de alzar su arma contra el moreno, provocándole terror por dentro.
── me vale una mierda su protocolo ── pronunció el moreno con frialdad pura y sin temblor alguno, desafiando al soldado ── y le recomiendo que baje esa arma, por su propio bien ── terminó de expresar con tosquedad, provocando que el soldado apretará ligeramente su arma, amenazando con disparar.
Observó en silencio y con tensión durante un largo rato lo que ocurría allí, quedándose con un montón de ansiedad comiendole la boca del estómago una vez los demás soldados levantaban sus armas, apuntando hacía Neteyam con toda la intención de disparar.
Creyó que tendría que meterse al medio de aquel grupo y el morenito en cualquier momento para protegerlo, pero por suerte alguien había ingresado hasta la habitación, ofreciéndole alivio inmediato y que pudiera destensar los hombros, recuperando la respiración.
── ¿que esta pasando aquí? ── exclamó con regaño y Clara duda cierta mujer que muchas personas conocían bastante bien, bajo el nombre de Doctora Ronal Geljo.
── mamá ── soltó con alivio, antes de que la dura mirada de dicha mujer se suavizar al verlo, acercándose hasta la par suya para tenderle entre sus brazos, apretujandole en un abrazo fuerte que no dudo en aceptar.
