HeartBeat (Terminada)

11. "El tonto adorable"

—Eso fué a propósito— confesó y regresó a la cocina.

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Sasuke no era definitivamente del tipo hablador, cuando las cosas que necesitaban ser dichas, ya estaban sobre la mesa, permanecía en silencio, cosa que hizo después de su corta conversación. Naruto notó que estaba un poco inquieto, luego de almorzar se sentó en su sillón y rascaba nerviosamente la tela de su pantalón de algodón, sin quitarle la vista al paisaje tras la ventana.

Al fin con todas las tareas hechas, el rubio se quitó los zapatos y sin preguntar se acostó en el mismo sitio que antes había ocupado en la cama. Llevaba más de veinticuatro horas sin dormir y trabajando, ya ni siquiera podía mantener sus ojos abiertos de todo, pero tener a Sasuke "acorralado y vulnerable" para ser atacado con preguntas y satisfacer su curiosidad, era una oportunidad que no podía dejar pasar. Así que después de apoyar su cabeza en la almohada, llamando su atención, comenzó su interrogatorio.

—Háblame de tí— pidió, y él levantó una ceja fina y oscura, antes de resoplar con fastidio —De tu taza de café, por ejemplo— indicó un inicio.

—¿Qué tiene?

—Está rota, pero la sigues usando.

—Solo se me cayó una vez— se encogió un poco de hombros, un gesto que nunca lo había visto hacer, pero Naruto lo siguió mirando a la expectativa —Fué lo primero que compré con dinero limpio— eso no se lo esperaba.

—¿Dinero limpio?— preguntó sin pensar.

—Sí, dinero que no me dieron por follar— aclaró en tono frío. Enterarse de ello le dolió, pero estaba renuente a tristezas, y sabía que él lo agradecería.

—Pensé que a lo mejor había sido un regalo— Naruto no entendió porqué el comentario divirtió a Sasuke, tanto que incluso mostró los dientes.

—¿De quién?— preguntó sarcástico.

—No lo sé, no conozco nada de tu pasado— señaló lo obvio.

—Mejor así— murmuró muy bajo y encogió los pies sobre el sillón. Él lo miró por largos minutos en silencio, relajado, sintiendo la brisa de la ventana y un leve aroma a tierra mojada que anunciaba la pronta lluvia. Casi a punto de dormirse, Sasuke pidió: —Háblame tú, de tu vida.

—Mmh... ¿Qué quieres saber?

—Lo que quieras— le quitó importancia.

—Pues, nací en Hoorn y allí crecí, en las afueras, bastante lejos del centro a decir verdad— rió —Tenía que recorrer díez kilómetros en bicicleta para llegar a mi escuela y las clases de karate— se detuvo para bostezar, pero luego continuó —Mis padres murieron cuando yo era muy pequeño, así que mi abuelo me crió. Tenía una frutería, pero también vendía las flores que cultivaba; me enseñó lo que sé de ellas—  dejó de hablar un instante al ver a Sasuke apoyar la barbilla en sus rodillas para prestarle toda su atención, después de colocar un mechón de cabello detrás de su oreja.

—Sigue...— instó.

—¿Te parece interesante mi aburrida historia?

—No es aburrida— le hizo una seña con la mano para que continuara.

—Bueno... No fué una niñez que sobresaltara, a no ser porque siempre estaba metido en peleas. No me gustaba que abusaran de mis compañeros, y terminaba defendiéndolos a costa de unos cuantos golpes— rió —Tuve un noviazgo hetero bastante desastroso, y confieso que me costó un poco admitir lo que me gustaba.

—¿No te molestaron por eso?— preguntó.

—No, ya a esas alturas era el mejor de Hoorn en artes marciales, así que ningún patán se atrevió— sonrió con suficiencia, colocando las manos debajo de su nuca y haciendo lucir su pecho más amplio —Mi abuelo enfermó después, fué bastante difícil pagar el hospital y tuvimos que vender la tienda y la casa. Me mudé para un departamento en el centro y pues... me quedé solo.

—¿Por qué decidiste cambiar de lugar, empezar de cero?— preguntó extrañado.

—Si vienes y te acuestas aquí, te lo diré— retó y Sasuke rodó los ojos. Tras un resoplido se puso de pie y con lentitud caminó hasta la cama. Naruto se giró para quedar frente a él y luego sonrió somnoliento —Tan desinteresado que actúas siempre, pero eres todo un curiosillo, ¿verdad?

—Estúpido— exclamó molesto y golpeó su hombro para apartarlo, pero Naruto sostuvo su mano y la acercó a su pecho, dejándola en el lugar y mirándolo a los ojos

El fastidio en el rostro de Sasuke se borró, y en ningún momento hizo por soltar el agarrare, solo se quedó allí, mirándolo en silencio y aumentando sus esperanzas, hasta que Naruto se quedó dormido.