Capítulo 36.

2.2K 118 8
                                    

Hoy era el día del torneo de basquetbol femenil, nos tocaba contra los Kin'stors de Toronto uno de los mejores equipos de casi todo Canadá

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hoy era el día del torneo de basquetbol femenil, nos tocaba contra los Kin'stors de Toronto uno de los mejores equipos de casi todo Canadá.

Nos estuvimos preparando casi día y noche para este partido, hasta el equipo masculino de basquetbol nos ayudaron a entrenar y mejorar técnicas. También invite a mí tío Gabriel si nos podía dar dos clases lo cual acepto. Estábamos nerviosas pero seguras de nosotras.

Todas esos días de entrenamiento los íbamos a plasmar hoy en esta cancha, daríamos lo mejor de nosotras mismas.

Con tío Gabriel habíamos evaluado las tácticas y talentos de cada una para después acomodonarnos en el lugar que destacabamos.

Me acuerdo que cuando lleve a mi tío Gabriel todos se emocionaron a Zac casi le da un infarto y más cuando mi tío lo abrazo al enterarse que era mi novio. Sin duda el mejor día de Zac.

Nos encontrábamos en los vestidores esperando a salir, Laritza se puso a darnos palabras motivadoras y nuestro entrenador armaba la jugada que nos presentó mi tío Gabriel

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Nos encontrábamos en los vestidores esperando a salir, Laritza se puso a darnos palabras motivadoras y nuestro entrenador armaba la jugada que nos presentó mi tío Gabriel. El con solo ver dos partidos de nuestro oponente nos armo jugadas especiales.

— Vamos chicas, trabajamos muy duro para esto, den lo mejor de ustedes. —grito Laritza.

— Es hora de salir, salgan con la mejor vibra posible.  —grito el entrenador Luis.

Salimos corriendo para la cancha, el equipo oponente ya estaba en ella calentando y haciendo unos pases.

Su uniforme era rojo con blanco y su logotipo era una langosta, estaba bueno para decir verdad. Las chavas eran altas pero no tanto como nosotras pero no hay que subestimar.

Nos reunimos todas en círculo para hacer nuestro pequeño ritual.

— Somos las panteras de Canadá, las mejores que hay — empezó a decir Laritza.

— Atacamos a nuestros oponentes sigilosamente —dije ahora yo

— No hay otras como nosotras —continuo Martina.

— Te pedimos pantera negra que nunca nos dejes y este partido sea nuestra victoria —concluyo Andrea.

— 1..2..3...¡Panteras! — juntamos nuestras manos para después soltarlas al aire.

Hasta el último partido.Where stories live. Discover now