Tras la muerte de su madre, Daiana junto a su padre y hermanos deciden dejar su vida en México para poder empezar una nueva en Canadá.
Al mudarse ella le promete a su abuela volver a enamorarse, pero otra parte de ella jura que no se enamoraría de...
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Desde aquella visita incomoda de Javier, mis hermanos empezaron a ser mas sobreprotectores de lo que ya eran, mi padre estaba furioso pero prometió que no iría a la casa del padre de Javier. No quería que esto se hiciera en grande, ya tenía suficiente con todo lo que pase.
Me acuerdo que una vez en secundaria mis hermanos de preparatoria fueron por mi, pero su visita no fue nada agradable que digamos. Mis hermanos siempre han sido guapos y ellos lo saben. Pero en la preparatoria ellos eran un dolor de cabeza, su ego estaba muy alto.
Un día cualquiera, todos decidieron ir por mí pero no de una forma normal, mis hermanos son todo menos normal. Fueron en una camioneta demasiado llamativa y todos iban vestidos de manera muy peculiar, para no decir de una manera muy genial. Obviamente todos estaban muy emocionados y volando de amor por ellos. Lo que resto de mi secundaria, todos se encargaron de mandarme dulces y regalos para mis hermanos.
Fue realmente insoportable.
Ahora esta semana había sido realmente difícil, hasta los hermanos de Izac también me cuidaban. Tenía a ocho hombres cuidándome 24/7.
Obviamente el miedo seguía pero en parte el estar con todos ellos me ayudo bastante a sentirme segura, ya que ellos provocaban eso.
Aunque Luka y Ryan de vez en cuando me llevaban hasta mi salón de clases, eso si fue lo que detonó.
— Enserió te van a seguir a todos lados. –hablo Alex volteando a ver a Luka y Ryan.
— Sí y no tengo otra opción.
— La verdad nunca creí eso de Javier, le comenté a Douglas y ni siquiera se sorprendió.
Entonces Douglas ya sabía como es Javier y aún así no hizo nada para que lo dejará. En fin.
— Eso esta raro, jamas vi tan molesto a Javier.
— Pero lo bueno es que estaban tus hermanos y no estás sola Dai.
— Eso ya lo sé pero tengo tanta impotencia, porque tengo que caminar y tener vigilancia 24/7 si solo quise enamorarme. –estaba apunto de llorar, ya no podía más, estaba furiosa. – esto no es justo para mí Alex.
— No es nada justo pero también te diste cuenta la clase de persona que es Javier.
Lamentablemente Javier era un psicópata, jamás lo creí de el.
— Necesito acabar con esto yo sola, tengo que ir a verlo y ponerle un alto.
— Daiana no vayas, no sabes de lo que es capaz.
Tenía razón no tenía ni idea de como era en verdad el. Pero ya no tenía miedo.
— Esta en entrenamiento verdad? –pregunte pero Alex no dijo nada, aunque su silencio lo confirmó.
— Okey voy para allá, no le digas a nadie.
— ¡Daiana... no vayas. –dijo Alex tomandome de mi mano.
