"El hombre al que amaba"

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Escribiendo mis penas justo antes del amanecer, leyendo mis mentiras justo antes de que despiertes, bebiendo vino barato, usando un maldito vestido de lunares rosados que jamás quisiste ver. El hombre al que amaba se escapó en mi última madrugada, fingió no conocerme y gritó las mentiras que escribí la noche pasada. El frío y el verano se sienten igual, las flores marchitas huelen igual, tus manos y las mías se cruzan igual, pero se soltaron en diciembre, vaya historia tan fatal. Mis llantos eran tan profundos que tus pesadillas no lograban ayudarte, destrozada y de rodillas, sobre las tierras más secas, sobre lágrimas secas, llorando por amor, un amor que yo inventé, escribiendo por amor, un amor que yo inventé. Nadie podía entender lo que sentía en aquel tiempo, hasta que las velas hablaron por mí, hasta que celebraron mi última noche aquí.

El hombre al que amaba se escapó en mi última madrugada y recordó la historia de amor que inventé, fingió no conocerme, pero recordó las mentiras que gritó la noche pasada.

Los poetas malditos nunca mueren IVOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz