Los reflejos dejaron de escribir por mí, así que me senté sobre una tumba sin nombre e intenté tomar la sangre de mi brazo derecho para contar una historia, estaba escribiendo sobria, así que olvidé todo lo que sentía en ese momento.
Pude recordar, pero no quise hacerlo, decidí voltear hacia el lado donde no podía ver a la luna y escuché el aullido de los demonios que dormían conmigo en las madrugadas. Me recosté sobre un libro vacío, los sonidos dormían a esa hora de la noche, estaba escribiendo sobria, así que olvidé todo lo que sentía en ese momento. Tal vez no nací para todo esto, ya no espero nada grandioso, tal vez no merecía algo grandioso, ¿o acaso existe algo que puede sacar a esta chica del lugar en el que duerme?
Los momentos te hacen querer dudar, si el amor es como lo escribí alguna vez sobria, ¿por qué no hemos muerto?, corregir es reaccionar, ¿por qué no has muerto también?
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Los poetas malditos nunca mueren IV
PoesíaLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...