Caíste de rodillas sobre la tierra húmeda de mis lamentos, sabes que no pude escucharte, las flores no eran azules esta vez, pero el naranja no se ve bien los martes por la tarde. Terminaste de hablar contigo mismo y te fuiste, no sientes nada, jamás lo hiciste, sólo sientes la culpa de saber que me han olvidado y que fuiste la causa de esto. Nunca lloraste frente a mis ojos, ahora lo haces cada vez que vienes a verme, no puedes venir a pedir perdón cuando sabes que destruiste todo lo que intentaba ser. Tus emociones se transformaron en colores, tu tristeza se notaba desde el auto, pero el naranja no se ve bien los martes por la tarde. Tus palabras se transformaron en silencio, quería que hablaras, pero nunca supiste cuando era el momento. Tus lágrimas se transformaron en monedas, tal vez puedas comprarme las flores que me gustan la próxima vez. Transformé tus “te odio” en “te amo”, cambié tus golpes por caricias y tus cartas vacías por margaritas.
ČTEŠ
Los poetas malditos nunca mueren IV
PoezieLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...
