Los poetas malditos nunca mueren IV

"¿Por qué una chica con el corazón roto no puede hacerlo?"

Mis manos se han cansado de escribir tanto, mi voz se ha cansado de quebrarse tantas veces, pero los recuerdos siguen doliendo cuando salen de mis labios rojos y las mentiras siguen siendo las mismas, deseando que alguna vez hubieras cambiado. Te veo caminar por el museo, golpeando la puerta del cine, recorriendo un parque al que ya no puedo llamar “nuestro”, saltando las montañas, bajando del elevador que se averió alguna vez, cruzando la avenida más vacía que pude haber visto, dejando tus problemas sobre un columpio que podría cargarlos por ti, vuelas a través de las aves, y sigues moviéndote por los suelos que intentas olvidar.

Extraño la ciudad, extraño los lugares a los que solía ir, extraño sonreír con extraños que jamás conocieron mi nombre, pero que tal vez pensaban que era una chica linda, extraño sentir el humo del tabaco recorriendo mi ropa y regresar a los lugares en los que alguna vez dormí.

Si los asesinos pueden caminar por las calles, ¿por qué una chica con el corazón roto no puede hacerlo?