Capítulo 19: Un hilo del que tirar

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JAKE 

Pasé las manos por mis brazos, la verdad es que sentía frío sin tener a Erica al lado… Me encantó pasar la noche a su lado y sentirla cerca de mí. Además, me resultó muy agradable que se durmiera en mi hombro, no sé si estaba demasiado cansada o si mi presencia consiguió tranquilizarla, me consideré afortunado por poder pasar tiempo con ella aunque, sin embargo, no era la situación ideal. 

"Ni siquiera me ha dado los buenos días…", musité mientras preparaba un café para que Erica desayunara algo cuando terminase de hablar con James, pero me molestaba no saber qué clase de conversación estaban teniendo, ya que con este medio psicópata nunca se sabe. 

También me preocupaba el estado de Erica, tanto física como anímicamente, ya que sus ojeras cada vez eran más marcadas, comía mal y a deshoras y se la notaba cansada. Además, la chica que conocí a través del chat y en la sala de interrogatorios del FBI -amable, inteligente y segura de sí misma- cada vez se veía menos y, por el contrario, Erica mostró una faceta vulnerable, irascible e insegura. Aunque sería de necios juzgar su comportamiento, pues en menos de veinticuatro horas se había enterado de la muerte de dos personas importantes para ella; y yo quería ayudarla y protegerla, no deseaba otra cosa en este momento. 

Erica se quedó de pie junto a la mesita de al lado del sofá mientras vi cómo James le hacía una seña al agente González para que le siguiera y, poniendo una cara de pocos amigos -creo que estaba impaciente por hacerle preguntas a Erica-, se fueron a la habitación de este último para hablar en privado. La verdad es que no sé de qué iban a hablar, pero en este momento me importaba bien poco, ya que ahora mismo solo quería saber cómo estaba ella e intentar que comiera algo. 

Dejé la taza de café en la mesa y le sugerí a Erica que se sentara. 

—También te he traído un croissant —le puse el plato delante—. Come, lo he pasado por la plancha para que esté mejor. 

—Muchas gracias, Jake —tomó la taza de café entre sus manos para calentarse—. Pero es que no tengo mucha hambre… —me miró directamente a la cara como si me estudiara y sentí un poco de vergüenza— ¿Has podido dormir algo? —Negué con la cabeza. 

—Preferí trabajar en la seguridad de tu teléfono —"y vi que tienes mensajes de Phil" quise añadir, pero no sería ni justo ni adecuado en este momento, aunque me molestaba mucho—. Por favor, como algo. 

Me alegró que se preocupara por mí aunque, debido al pensamiento de Erica y Phil hablando que se cruzó por mi cabeza, estaba triste. No tengo derecho a enfadarme y menos a pedirle explicaciones, pero no me gustaba, ya que desde que la vi solo quería que ella estuviera conmigo ¿Desde cuándo me he vuelto tan codicioso? Antes lo único que me importaba era su seguridad y ahora quiero que ella se fije en mí y de una manera no amistosa… 

Se escuchaban voces que venían de la habitación del agente González. "Parece que no es una conversación fácil", musité, aunque no sé si Erica me escuchó, estaba comiendo el desayuno y eso me alegró bastante. 

—Erica, sé que no tengo derecho a pedirte nada-

—No, no lo tienes —añadió interrumpiendo y continuó hablando tras tomar el café—. Gracias, Jake, estaba bueno.

Cerró los ojos mientras tomaba un sorbo de café, lucía muy linda con el pelo todavía mojado y con la ropa que se había puesto, además se le transparentaba el sujetador… ¡Por favor! ¿¡En qué estás pensando!? Bueno, si soy sincero llevaba mucho tiempo sin… A-aunque tendría que arder en el infierno -si existiera- solo por tener ese pensamiento en una situación tan inadecuada como ésta. 

—Erica, escúchame un momento, por favor —ella dejó de mirar por el ventanal para mirarme a mí, la luz de la mañana hacía que sus ojos se vieran hermosos—. P-prométeme que no vas a ir a Duskwood si escuchas o te enteras que uno de tus amigos está en peligro —suspiró mientras pensaba. 

Duskwood: Rainbow case.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora