Capítulo 8: Vitaminas

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Hoy había llegado media hora antes a la comisaría, no negaré que estaba un poco ansiosa por cómo había ido la visita de los policías al hospital.

Fui a la máquina expendedora, saqué tres cafés y me dirigí a la oficina.

Llevaba dos cafés en la mano derecha y uno en la izquierda. Entonces miré al pomo de la puerta y luego a mis manos. No podía abrir.

<<¡Bravo Erica! Más tonta y no naces>> dije para mí misma.

Entonces una mano tomó el café y abrió la puerta. Un risueño Adams me agradeció por el café, pero yo creo que se reía porque estuve ahí parada un buen rato porque no podía abrir la puerta.

Dentro estaba Alan y le ofrecí el otro café. En la mesa había una caja azul cielo con un montón de dulces que tenían muy buena pinta.

Arqueé la ceja en modo de interrogación y Alan dijo:

-Esto es para celebrar que has obtenido una buena pista -tomó la caja y me ofreció un dulce, escogí uno que tenía nata por encima-. Tenía razón, el señor Taylor estaba ingresado en un hospital cercano.

-Pero para el caso su coartada es sólida, no estaba en Bermon la noche del asesinato -añadió Adams que tomó el dulce de canela.

-Eso ya me lo imaginaba. Por eso me gustaría ver y hablar con la familia, si es posible...

-Lo arreglaré para esta tarde, iré con usted -Alan se dirigía a la puerta, pero antes de salir añadió-. Empezaré a hacer unas llamadas para sacar al señor Hawkins de la cárcel.

¿Ya está? ¿Así de fácil? ¿Con solo darle la pista dónde estaba el muerto era suficiente? ¿Podría dejar de colaborar con la policía ahora?

Estaba mirando a un punto indeterminado pensativa cuando me habló el agente Adams:

-El jefe siempre cumple su palabra, es alguien en el que puedes confiar.

-Pero no pensé que fuera así de fácil.

-¿Fácil? En unos días nos has dado la pista de dónde se encontraba el señor Taylor, cuando nosotros no habíamos avanzado nada. Aunque tus métodos no son muy ortodoxos -sonrió.

-¿Entonces beber vodka con las personalidades de Bermon no es una práctica habitual del cuerpo de policía de Duskwood?

El agente Adams soltó una risa sonora y dijo:

-Me alegro de haber sacado información ese día. Además me lo pasé muy bien, Erica -sus ojos verdes eran muy amables- ¿Seguirás con nosotros cuándo resuelvas el caso?

-¿Quién dice que lo voy a resolver?

-Seguro que lo haces, tienes un don.

***

Me quedé en la oficina repasando la información que tenía de la familia. Sabía que que uno de ellos era el culpable pero no entendía cuál era el móvil de este crimen.

<<Tienes un don>>. Las palabras del agente Adams vinieron a mi mente de golpe. Me sorprendió que alguien dijera eso se mí, no estaba acostumbrada.

Hasta ahora pensaba que las habilidades de mi padre eran un don. No creía que esa palabra pudiera describir otra cosa que no fuera manipular.

Hubo una temporada en la que vivimos en casa de una mujer llamada Agatha. Se convirtió en una de las víctimas de mi padre pero yo sentía mucha lástima por ella.

Hasta ese momento las estafas de Frank era a gente que no conocía, sentía pena, pero no les ponía cara, así que era distinto.

Agatha estaba perdidamente enamorada de mi padre. Se conocieron en una floristería, Frank soltó alguna de sus frases y ella cayó.

Duskwood: Rainbow case.Where stories live. Discover now