En algún lugar en la Toscana, se cruzan dos personas - una extraviada y otra que aprovecha un mes de libertad. Sin responsabilidades. Sin expectativas. Sin juicios. Sólo ellos y el campo.
¿Será ésta la escapada que tanto anhelan o un desastre a pun...
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Después de seis meses, estaba de vuelta frente a mi casa donde empezó todo. Navi, Milo y Ace se estaban quedando en mi casa, mientras que los otros se quedaban en la que Charles alquiló, ya que tenía más habitaciones. Aurora y Leo se habían ido a su casa y prometimos pasar por el café de Aurora después de instalarnos. Revisé todas las habitaciones para asegurarme de que todo estaba bien, moviendo algunas cosas para que no estuviese tan desordenado.
Cuando salía de mi sala de arte, mis ojos captaron la cámara que usé durante la boda de Aurora y Leo, olvidando que la había dejado aquí. Sabía que todavía quedaban algunas tomas en el rollo que usé, así que la recogí. Nos reuníamos en la otra casa primero, ya que Ace y Milo querían verla.
—Cariño, tu casa se ve increíble —Milo dijo mientras sus ojos vagaban por el segundo piso—. Ahora tengo la tentación de comprar una casa en Italia también.
—¿Estás tentado? Ya estoy buscando casas en línea —Ace dijo cuando salió de mi pequeña biblioteca, el teléfono en la mano. Sacudí la cabeza a la pareja y bajé las escaleras donde Navi estaba fumando en el patio trasero.
—¿Lista para ir? —preguntó cuando nos vio y asentí con la cabeza. Apagó el cigarrillo y cerró las puertas que conducían al patio trasero mientras todos salíamos de la casa.
Dejé que Milo, Ace y Navi caminaran frente a mí mientras nos dirigíamos a la casa en la que Charles solía quedarse. Me golpeaban los recuerdos de nosotros viendo diferentes carreras y haciendo ejercicio en su patio. Recordaba que me dejó sentarme en su simulador y pasó media hora explicándome el mecanismo del volante. La puerta se abrió, revelando a Charles y sus ojos inmediatamente se conectaron con los míos. Le mostré una pequeña sonrisa antes de respirar hondo, avanzando con los demás que ya estaban en la puerta principal.
—Es bueno que hayas podido alquilar la casa con tan poca antelación —le dije mientras entraba por las puertas.
Charles se rascó la parte posterior de la cabeza, mirando hacia abajo mientras cerraba la puerta. —Sí, sobre eso... —lo miré con curiosidad, pero antes de que pudiera continuar, la voz de Daniel se escuchó desde la sala de estar cuando se dio cuenta de que finalmente estábamos aquí.
—Me muero de hambre. ¿A qué distancia está la cafetería de Aurora? —todos querían ir, así que decidimos irnos a pesar de haber llegado recién.
Queríamos aprovechar el clima, así que elegimos caminar a la ciudad, posicionándome al lado de Yuki y Pierre, que parecían estar teniendo una conversación seria.
—¿Todo bien? —pregunté, vinculando mis brazos con los suyos.
—Sí, pero Pierre no lo está —dijo Yuki, levantando una ceja a su compañero de equipo. Miré a Pierre, que no dijo nada, mordiéndose el labio mientras una mirada de conflicto pasaba por sus ojos. Me volví a Yuki, que no dudó en explicarlo—. Red Bull ha estado en contacto con él.
