En algún lugar en la Toscana, se cruzan dos personas - una extraviada y otra que aprovecha un mes de libertad. Sin responsabilidades. Sin expectativas. Sin juicios. Sólo ellos y el campo.
¿Será ésta la escapada que tanto anhelan o un desastre a pun...
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Crecí en la fama, así que siempre he estado acostumbrada a las luces parpadeantes y a que la gente diga mi nombre para hacer preguntas. Era una nepotism baby, la única hija de la famosa actriz de Hollywood, Clara Carter, y del director francés, Philippe Bellerose.
Su romance fue una historia de la que algunos hablaban hasta hoy. Mi madre y mi padre se conocieron a través de una prueba de química que se realizaba para una de sus películas. Mi madre no consiguió el papel, pero no fue una gran pérdida para ella, ya que tenía otras ofertas esperando. La relación fue de ida y vuelta durante meses, empezando como amigos por correspondencia que intercambiaban cartas de París a Los Ángeles. Se volvieron a ver en un acto benéfico en Nueva York en el que mi padre invitó a mi madre a ser el centro de un cortometraje que estaba realizando y que consiguieron completar en tres días de convivencia. En un lapso de tres días, se enamoraron el uno del otro y se casaron después de dos años de estar juntos. Sinceramente, parecía demasiado bueno para ser verdad, pero cuando creces viendo un amor como el suyo lejos de todas las cámaras, no puedes evitar creerlo.
Tenía quince años cuando conseguí mi primer papel como actriz. Sólo tenía un puñado de escenas en la película, en la que interpretaba a la hija de un drogadicto que también era esquizofrénico. Era una película pesada para ser mi primer papel, pero esa experiencia fue la que puso en marcha mi carrera. Desde entonces, me han enseñado a responder a las preguntas de los fans o de los paparazzi, también cómo reaccionar ante las cosas más extrañas o embarazosas que me han dicho.
Hoy, fue como si esas experiencias hubieran volado por la ventana.
Levanté la vista de mi asiento para encontrarme con unos ojos verdes. Tenía una pequeña sonrisa en la cara que le daba una apariencia suave, una que normalmente no se veía en los hombres. Desde el leve levantamiento de sus labios hasta la pequeña cantidad de vello facial que tenía, uno diría que era guapo y yo definitivamente estaría de acuerdo. Viniendo del chico que parecía tan tenso ayer, quién hubiera pensado que su cara hoy mostraba lo contrario. A pesar de que era la primera vez que lo veía, había algo en su rostro que me hacía sentir familiaridad.
Una expresión de diversión pasó por su rostro y mi mirada sobre él se cortó cuando Aurora habló. —¿Estabas comprando condones?
Mis mejillas enrojecieron y me aclaré la garganta. —No, no estaba comprando condones. Sólo estaba parada frente a los estantes.
El chico se rió y ocupó el asiento entre el mío y el de Aurora, colocando sus gafas de sol en su lado derecho de la mesa.
—Sólo llevas un día aquí, pero TMZ tendría un festín con todo lo que te ha pasado.
—¿TMZ? —Preguntó el chico y pude percibir un fuerte acento francés en sus labios.
—Es esa web de cotilleos que sigue a la gente en Los Ángeles —Aurora explicó y el tipo asintió en señal de comprensión—. Este es Charles, por cierto —Me dijo, haciéndole un gesto con el pulgar antes de dirigirse a Charles—. Y ella es Valentine.
